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Con la novela LAS MANOS CORTADAS de LUISGÉ MARTÍN, he descubierto un hermoso texto literario y a un gran escritor.
Treinta años después del golpe militar de Pinochet, el propio escritor Luisgé Martín, narrador y protagonista de la novela, tras publicar un artículo en el que critica la falta de libertades en Cuba, decide acudir a una misteriosa cita donde le entregarán unas cartas manuscritas que podrían destruir la imagen de uno de los revolucionarios más singulares del siglo XX, Salvador Allende, pero lo que encuentra al llegar al hotel es un hombre asesinado. Así comienza un apasionante y apasionado viaje por Chile, guiado por ese misterio en torno a la figura de Allende, "uno de los políticos más nobles y entregados del siglo XX" y de algunos de los personajes -ficticios en su mayoría- que rodearon su existencia. Los hechos que se narran, sin embargo, son verdaderos. El autor construye una historia sobre los ideales y una aproximación al engaño, a la amistad, a la ambición y a la traición.
El protagonista empieza a investigar quien es ese hombre que le ha ofrecido las cartas y empieza a deshacer el ovillo siguiendo las pocas pistas que tiene, los nombres, los pueblos, los hechos históricos que figuran en las cartas. Comienza entonces a contarnos la historia de Chile y nos va llevando, a través de los Savonarola, por una trama llena de pasión y de lucha, desde casi dos siglos antes hasta el bombardeo de La Moneda, aquel 11 de septiembre, hasta nuestros días. Una novela extraordinariamente bien construida, y que nos deja una serie de personajes que son difíciles de olvidar: el taxista Osvaldo lleno de matices, Sandra Flechart, con sus muchas versiones es increíble y hasta el mismo Allende, como personaje, funciona en la novela.
La trágica muerte de presidente chileno, derrocado por el golpe militar de Pinochet en septiembre de 1973, "lo hace de alguna manera incomparable", pero Luisgé Martín (Madrid, 1962) cree que si Allende hubiera gobernado hoy, su programa hubiera sido "muy distinto", aunque "su actitud de diálogo, de tolerancia y de intentar mejorar el país habría sido la misma". "Si Allende hubiera sido hoy presidente, se habría parecido probablemente a Lula da Silva, es decir, alguien mucho más pegado a una doctrina socialdemócrata, pero no habría tenido que luchar contra la brutalidad con la que se le atacó desde antes de llegar a la presidencia".
"Antes de que Allende tomara posesión como presidente, Nixon ya dio orden de estrangular la economía chilena". "Se dice que George Bush ha sido el peor presidente de Estados Unidos, pero estoy convencido de que Nixon fue mucho peor". Consciente de que la figura de Allende tiene sus detractores, el escritor concluye: "A mí me sigue fascinando llegar a Chile y ver que hay gente que todavía se emociona pensando en Pinochet, igual que en España me asombra que todavía haya gente que se considere franquista. No entiendo que alguien pueda declararse fan de un asesino", concluye.