viernes, 28 de octubre de 2022

“NUNCA FUIMOS HÉROES” novela de FERNANDO BENZO

El autor une su pasión por la novela policiaca con sus experiencias de la lucha antiterrorista, mezclando ficción y realidad.

La vida de Gabo, un expolicía que trabajó en los servicios de inteligencia en la lucha contra el terrorismo, sufre un vuelco cuando pese a estar retirado es requerido para una importante misión: averiguar qué hace en Madrid Harry, un terrorista huido que después de veinte años en Colombia que tras conseguir escapar de numerosos intentos de captura, ha reaparecido en España.

Gabo lleva una vida normal. Pasa la mayoría de las tardes en un bar cercano y mantiene una relación con la dueña sin mayor compromiso por ambas partes.

Cuando los servicios de inteligencia españoles descubren que Harri ha vuelto a Madrid, Sixto Aldama, el comisario general de Información un pisamoquetas, antiguo jefe y compañero, le pide a su antiguo amigo y subordinado, Gabo, que averigüe extraoficialmente el motivo de ese regreso. Aunque se había prometido mantenerse alejado de su antigua vida, la fijación por detener a Harri y saldar cuentas pendientes arrastra a Gabo a iniciar una investigación en la que se cruzará con las redes internacionales de narcotráfico, el crimen organizado, el yihadismo y el oscuro mundo de los confidentes.

Todos los fantasmas de su pasado vuelven a hacérsele presentes a Gabo, pues Harry fue su fijación, un objetivo al que por motivos personales estuvo persiguiendo toda su vida sin conseguir detenerlo.

Partiendo desde la actualidad, los recuerdos del protagonista al tener que revivir lo que fue su pasado, nos presentarán lo que fue la lucha contra el terrorismo, comenzando por aquellos años en los que siendo un joven policía decidió ir al País Vasco.

Recordaremos los asesinatos y atentados más crueles de ETA, como el perpetrado en Madrid en la Plaza de la República Argentina, el de Hipercor de Barcelona o el asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997. También tendremos acceso a las motivaciones ideológicas que circulaban por los ambientes de la kaleborroka y sabremos cómo los integrantes de los comandos eran aleccionados con unas ideas un tanto peregrinas sobre la opresión del pueblo vasco o la independencia, con la complicidad que en una época determinada les otorgó Francia y las trabas logísticas que ello supuso para los que intentaron frenarles, y conoceremos aquel terrorismo de estado que nos costó muy caro.

Entenderemos la disciplina que mantuvieron los agentes a pie de calle en el País Vasco, la dureza de la vida de los agentes infiltrados, su desazón por la pérdida de algún agente por los disparos a bocajarro, las obsesiones que terminaron destrozándoles la vida y la incomprensión de algunas decisiones políticas a las que tuvieron que enfrentarse.

Esta novela se une a otras en las que se refleja la realidad que se vivió en España en aquellos años de plomo.  

Gabo vuelve a la lucha contra aquel que en su día le causó un inmenso dolor, que se convirtió en su fijación y al que nunca pudo dar caza. Con todo, Harry, su enemigo, no es un dios, tan solo un hombre.

Una joven inspectora de Estupefacientes, Estela Domínguez, ayudará a Gabo en su búsqueda, conscientes los dos de que se les está agotando el tiempo para impedir que Harri cometa un nuevo atentado.

A pesar de todos sus esfuerzos, de todos sus éxitos que fueron muchos, la sensación final de Gabo es siempre la de derrota, la de no haber hecho lo suficiente:

La ciudad San Sebastián aparece como eje emocional de Gabo, quizá porque es el eje emocional del propio Fernando Benzo.

Una buena novela contada con un estilo de novela negra y recomendable de leer para conocer o para no olvidar el horror de una historia muy cercana. La novela es, también, un homenaje a aquellos, mujeres y hombres, que, con su trabajo, sus horas de desvelo y hasta con su vida, consiguieron poner fin a una época terrible de nuestra historia.

Como ha dicho el propio autor, ahora es el momento preciso de dar a conocer los hechos desde el punto de vista de “los buenos”, antes de que estos desaparezcan y se tergiverse la historia de lo que pasó entonces.

 

jueves, 20 de octubre de 2022

“Caballo árabe del conde Bobrinski”, óleo de 1880 de FRANCISCO PRADILLA el gran pintor de historia del siglo XIX, en el Museo del Prado del que Pradilla fue director entre 1896 y 1898
 

viernes, 14 de octubre de 2022

Notas de cuando leí “LAS VOCES DE CAROL” novela de CLARA PEÑALVER.

Abril Zondervan, escritora de éxito internacional, ha aparecido muerta, aparentemente sin signos de violencia en su casa de Málaga, un hecho que conmociona a la opinión pública. Pronto se descarta el suicidio. ¿Quién puede haberla asesinado, si realmente se trata de un homicidio? La inspectora Carol Medina, que trabaja en la jefatura de policía de Málaga, es la encargada de la investigación. Se toma muy en serio su trabajo. Quienes la conocen saben que su obsesiva labor policial es también una manera de no tener que enfrentarse a su caótica vida privada. Es una mujer fuerte, temperamental e inteligente, pero con un pasado emocional que la condiciona y atormenta en ocasiones.

A menudo, Carol recuerda a Gabriel, compañero de la brigada muy querido que murió en un tiroteo estando ella presente. También recuerda a su abuelo Max, que la cuidó y educó hasta que falleció de insuficiencia cardiaca.

Cuando Carol descubre algunas cosas de la personalidad de la escritora, tiene que adentrarse en la cabeza de la víctima. La novelista, diagnosticada de esquizofrenia, era una «escuchadora de voces» que había aprendido a convertir la complejidad de su mente en un material literario de primera clase. Carol irá avanzando en la investigación de un caso lleno de aristas, giros y sorpresas hasta el inesperado desenlace de las últimas páginas de la novela.

El lenguaje de la novela es sencillo; los personajes están bien definidos, están bien descritos los procesos que se llevan a cabo en una investigación y algunos de los temas complejos de la trama están documentados.

 

lunes, 10 de octubre de 2022



 Obras de PAULA REGO (1935 – 2022), pintora portuguesa de fuerte sensibilidad feminista.

miércoles, 5 de octubre de 2022


 Notas de cuando leí “El final del hombre” novela de Antonio Mercero

Una buena trama de novela negra española con personajes muy definidos. La novela arranca una mañana en la que el policía Carlos Luna se dispone a dejar para siempre su identidad para presentarse como Sofía Luna, con nuevo DNI, nueva peluca y nuevo vestuario. Jon, el hijo de un famoso escritor de novelas históricas, ha sido asesinado, un hecho que sacude a la Brigada de Homicidios. Hay muchos personajes que giran en torno a Jon. Mientras avanza en la investigación, acompañada por su colega, y antigua amante, Laura, Sofía deberá lidiar con una sociedad que se resiste a aceptar la nueva realidad, luchar por conservar su trabajo y el amor de su hijo adolescente de 18 años que, de repente, se encuentra sin padre y con dos madres, y descubrir que todas las personas relacionadas con la víctima ocultan algo. ¿Quién es el asesino? La resolución del caso tiene algo de sorprendente.

Una novela bien escrita (se nota que el autor es guionista), con un estilo muy directo, tratando con exquisitez el tema del cambio de identidad que está presente en toda la novela y, lógicamente se plantean los temas de la aceptación, la integración, la tolerancia, la comprensión. A la larga lista de protagonistas de la novela negra española añadimos ahora a una inspectora transexual que tiene bastante de heroína. En todas las batallas de los sexos que se plantean en la novela de Mercero, en todas, la masculinidad sale derrotada. El autor sabe equilibrar bien el desarrollo de la trama policiaca con la peripecia personal y los conflictos de la protagonista Sofía Luna.