martes, 25 de julio de 2023

De JULIA NAVARRO he leído sus novelas anteriores: “La biblia de barro”; “La sangre de los inocentes”; “La Hermandad de la Sábana Santa” «Dime quien soy», «Dispara, yo ya estoy muerto», «Tú no matarás», “Historia de un canalla” y estas son las notas después de leer "DE NINGUNA PARTE”.

Abir Nasr es un adolescente que vive en el sur del Líbano con su familia y sueña con ser ingeniero, pero una mañana toda su vida cambia cuando un comando israelí entra en su casa buscando un jefe terrorista vinculado a su familia y mata a toda su familia menos a él que presencia los hechos. Ante los cadáveres de su madre y hermana pequeña, jura que perseguirá́ a los asesinos durante el resto de su vida antes de huir con su hermano, Ismail

La amenaza de Abir irrumpe en el sueño de Jacob Baudin, uno de los soldados que ha participado en la acción mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, enfrentándose al dilema de luchar contra enemigos que no ha elegido. Jacob, hijo de padres franceses, no deja de sentirse un emigrante en Israel e intenta reconciliarse con una identidad que le viene dada por su condición de judío. Simpatizará con los refuseniks, objetores de conciencia que se niegan a combatir en los Territorios Ocupados. Pero su futuro está en las fuerzas de seguridad.

Después de la tragedia, Abir es acogido por unos familiares en Paris, donde se siente atrapado entre dos mundos irreconciliables, el asfixiante núcleo familiar y la sociedad abierta que le ofrece libertad y que encarnan dos jóvenes: su prima Noura, que se rebela contra las imposiciones del integrismo religioso de su padre, negándose a un matrimonio concertado y finalmente mantendrá con Fátima, la madre de Noura, el único vínculo que le queda con su familia y con la que se ve a escondidas. Es una mujer tradicional, pero entiende a su hija, y junto a ella Marion, una adolescente hermosa y vitalista, amiga de su prima, de la que Abir se enamora de forma obsesiva. Abir es preparado por su tío para ser un combatiente, un terrorista, es mandado a Afganistán y deja de soñar con ser ingeniero para convertirse en un monstruo, un terrorista.

Las vidas de Abir Nasr y Jacob Baudin se vuelven a cruzar años más tarde en Bruselas bajo el humo de las bombas con las que El Circulo, una organización islamista, siembra el terror en el corazón de Europa.

La autora recupera el conflicto de Oriente Medio, años después de "Dispara, yo ya estoy muerto", donde recopilaba la historia de Palestina a lo largo del siglo XX y aborda en esta nueva novela el tema del fanatismo religioso y el yihadismo islámico. Aborda igualmente la búsqueda de la identidad, el choque de culturas, el problema que hay entre los medios de comunicación y el poder y las consecuencias de dejarse llevar por la presión del ambiente. Nos movemos entre Beirut, Tel Aviv, Paris y Bruselas.

A mí me gustan las novelas de Julia Navarro


 

lunes, 17 de julio de 2023



Fotografías de ISABEL MUÑOZ
 

lunes, 10 de julio de 2023

Con motivo del centenario del desastre de Annual en 1921, he vuelto a leer “EL NOMBRE DE LOS NUESTROS” de LORENZO SILVA, la historia de una trágica equivocación: la de la política colonial de España en el protectorado de Marruecos. La novela se inspira, advierte el autor, «en los avatares reales vividos entre junio y julio de 1921 por los soldados españoles […] que defendían las posiciones avanzadas de Sidi Dris, Igueriben, Talilit y Afrau, en Marruecos», puestos mal defendidos y mal avituallados. La novela se organiza mediante la sucesión de capítulos en los que alterna el relato de los terribles asedios sufridos por los soldados españoles en distintas posiciones avanzadas del ejército. Además, el relato nos traslada a bordo de la cañonera Laya, que junto con otros buques intentaría la evacuación de tropas cuando la defensa de las posiciones fue ya imposible y nos acerca las diferentes actuaciones y las limitaciones que encontraron en las operaciones de retirada.

Un grupo de soldados de leva, suboficiales y oficiales de bajo escalafón, protagonizan un relato en el que se describen, no ya los horrores de la guerra, sino el horror del hombre ante un destino irracionalmente impuesto por eso que se llama «razón de Estado».

Ante ellos, la harka, el conjunto tribus rifeñas de Abd el-Krim que el torpe mando militar español menosprecia desde sus despachos. Un enemigo invisible en un paraje en el que aparentemente no sucede nada, pero que se prepara lúgubre e inexorablemente para la masacre.

Aquellos hechos convirtieron el derrumbe de la Comandancia de Melilla dirigida por Manuel Fernández Silvestre, comandante general de Melilla en un acontecimiento impactante, que provocó una reacción en el país entero, en el seno del Gobierno y del Ejército, donde llegó la depuración de responsabilidades.

Lo que falló en aquellos días de julio de 1921 fue un sistema establecido a partir de decisiones políticas y militares que crearon una estructura y unos procedimientos disfuncionales y poco apropiados para las características del conflicto.

El territorio del Rif, bajo control teórico de la Comandancia General de Melilla, carecía, a principios del siglo XX, de una mínima red de carreteras y ferrocarriles, o de una trama urbana. El ejército colonial español se apoyaba en un sistema muy precario de fortificaciones sumamente precario y emplazamientos al aire libre poco protegidos.

No hay censo real de víctimas, pero la cantidad de muertos, según el expediente Picasso (Sumario de responsabilidades para esclarecer los hechos que dieron lugar al Desastre), fue de 10.973 españoles y 2.390 de las tropas indígenas. Se ignora el número de muertos en las tropas rifeñas. El número de cautivos fue de 534 militares y 53 civiles, de los que sobrevivieron 326.

 

miércoles, 5 de julio de 2023


 
“Mundos posibles” de 1919 y “3 minutos de arte” de 1929, obras de la artista sueca pionera del arte abstracto HILMA af KLINT (1862 – 1944)