jueves, 31 de marzo de 2022


Notas después de leer “TERRA ALTA” novela de JAVIER CERCAS

Un crimen sacude la comarca de la Terra Alta, en Gandesa (Tarragona). Los propietarios de su mayor empresa, Gráficas Adell, una pareja catalana de la alta burguesía, dueña de un emporio empresarial, aparecen asesinados tras haber sido torturados y con ellos la criada rumana. Se encarga del caso Melchor Marín, un mosso d'Esquadra joven y lector voraz (descubrió la literatura en la cárcel), llegado desde Barcelona cuatro años atrás, con un pasado que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una niña llamada Cosette, el nombre de la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: “Los miserables”, que ha leído varias veces. Melchor encuentra la salvación en la literatura, en su mujer Olga y en su hija. Es un joven expresidiario de biografía tortuosa, redimido dentro de la policía catalana. Fue el quien abatió a tiros a los cuatro yihadistas de Cambrils en agosto de 2017. El mosso Melchor Marín, que carga con el peso de la muerte de su madre muerte, un crimen que quedó en el cajón de casos sin resolver, que desconoce quién es su padre, formará parte del equipo de investigación en esta comarca en la que desde la Guerra Civil no sucede nada. Como si el tiempo se hubiera paralizado y no hubiera más historias que contar que las de la Batalla del Ebro.

Dice Cercas: "Hablo de cosas que nunca había tratado y que me preocupan mucho: la ley, la legitimidad de la justicia, la venganza, la traición...". Una novela que reflexiona sobre el odio, sobre la posibilidad de la justicia y la legitimidad de la venganza.

“Terra Alta” es una novela policíaca ambientada en el presente social y político de España, es una novela negra de sentimientos y emociones desde las primeras páginas. Se trata de resolver quién o quiénes torturaron y asesinaron de forma salvaje al matrimonio Adell y a la sirvienta. Melchor Marín se obcecará en investigar el crimen de los Adell hasta que ya no hay más hilos de los que tirar. A pesar de los avisos del caporal Ernest Salom, su mejor amigo en Gandesa, viudo y amigo de juventud de Olga, la bibliotecaria de la que Marín se enamoró. Salom no es el único que le advierte a Melchor Marín, de que no siga por donde no debe seguir. El sargento Blai, apartado del caso por el subinspector Gomà, también lo hace.

Todo sucede en una comarca en la que nunca pasa nada, en la que todos son pobres menos los Adell, pero de la que nadie que vive allí quiere irse: intrigas empresariales, pasados turbios, palizas a denunciados por violencia machista, muertes, vidas desgraciadas que se encuentran, el olvido, la amistad, la España cainita de dos bandos irreconciliables y odios viscerales que no se olvidan aunque pasen las décadas…todo está en “Terra Alta”.

lunes, 21 de marzo de 2022



Notas después de leer “MARÍA BLANCHARD. COMO UNA SOMBRA” de BALTASAR MAGRO

Un rico cliente se acerca al estudio de la pintora, una española con aspecto de niña pequeña que vive encerrada en su casa que sólo abandona al atardecer para pasear oculta entre las sombras. El comprador desea que la pintora reproduzca un retrato que hizo de su madre hace tiempo y que es un recuerdo de su infancia. Ella se niega. No la gusta volver al pasado.

La obra nos acerca al París de la bohemia de principios del siglo XX, cuando allí coincidieron artistas, novelistas, poetas, músicos y pintores que revolucionaron el mundo del arte. Uno de estos genios fue una mujer: María Blanchard (Santander, 1881- París, 1932), pintora cubista, amiga de Picasso, Juan Gris, y Diego Rivera que pasó bastante desapercibida pese a su innegable originalidad y a la huella indeleble que dejó en las vanguardias artísticas. Le afectó mucho la muerte de su gran amigo Juan Gris en 1927.

María Blanchard nació en Santander en 1881. En 1903 marchó a Madrid, donde arrancó su formación artística y en 1909, se trasladó a París. Allí estudió con el español Anglada Camarasa, con quien disfrutó de la libertad del color. En la misma academia conoció a Angelina Beloff, conocida como Quiela, a quien le unió una estrecha relación de amistad. “Tuvieron mucha afinidad, era su confidente, su amistad se prolongó durante más de 20 años”, recuerda Magro. En 1914 regresó a España y participó en la exposición “Pintores íntegros” que organizó Ramón Gómez de la Serna. En 1916 decidió volver a París para instalarse de manera definitiva.

El autor sabe conjugar elementos reales con otros de ficción y recrea su dimensión humana y su la labor artística, reconstruye su visión de la pintura y nos ofrece detalles de una humanidad desbordante que le hizo acercarse a los parias de la sociedad, mendigos, prostitutas, pobres y tullidos, a quienes abría las puertas de su casa, alimentaba, daba cobijo y retrataba con sensibilidad y respeto. La última etapa de su vida le pareció al autor que tenía la fuerza suficiente para acercarse a la personalidad de la artista. Son tiempos en los que evoca los momentos más interesantes de su vida, y está acompañada por la amiga de siempre, la pintura rusa Angelina Beloff, conocida como Quiela.

El autor, desde la realidad de la vida de la pintora, elabora una ficción con un cierto espíritu didáctico, para acercarnos a una gran artista, en un tiempo en que las mujeres eran modelos o amantes. El tiempo se encargó de llevarla casi al olvido. La intención del autor es colaborar a sacar de la sombra a esta inteligente artista. Se trata dice Baltasar Magro “de la artista más importante que ha tenido este país”, una mujer de enorme talento atormentada por un físico deforme. Hasta 2012 no le dedicó el Reina Sofía una exposición monográfica. 

 

jueves, 17 de marzo de 2022


 “TERAPIA DE RIESGO” novela de AMALIA LAFUENTE

Poco después de la inauguración del nuevo Hospital del Mediterráneo, la clínica se empaña de misterio tras la desaparición de Manuel Lucena, uno de sus técnicos de laboratorio. La depresión que sufría a causa de la muerte de su esposa induce a la policía a pensar en un posible suicidio. Así lo creían los Mossos d´Esquadra que investigaban su desaparición y así pensaba Lluís Nicolás, el director del Hospital, más interesado en que se diera por válida la hipótesis del suicidio que en averiguar lo que sucedió realmente con su empleado. El supuesto de un asesinato podría poner en peligro el prestigio del Hospital del Mediterráneo y manchar de algún modo el buen nombre de la Fundación Sokolov, la ONG que prestaba ayuda a niños moldavos.

Sin embargo, dos colegas del laboratorio se niegan a aceptar esta versión.

Mark Günej emprende una indagación para desenmascarar la verdad velada que esconden los muros de este centro y que apunta hacia la existencia de una línea de investigación oculta y convence a la doctora Diana Cladellas, esposa de uno de los cirujanos estéticos (Claudi), a sumarse algo que los enfrentará a un universo con pocos escrúpulos, capaz de transgredir las reglas de su profesión. A pesar de las inseguridades profesionales que acarrea, Diana se involucrará totalmente en esta "terapia de riesgo", hasta el punto de poner en juego su puesto de trabajo, la relación con su marido y hasta su propia vida.

La oferta de trabajo que Claudi recibió en el nuevo Hospital era una gran oportunidad para él e incluía un puesto para la doctora Diana Cladellas como investigadora; esto le ofrecería un nuevo comienzo para poder tomar de nuevo las riendas de su vida.

La autora es catedrática de farmacología y ello se nota en el lenguaje y descripción de algunas situaciones.

Una trama de novela negra con temática médica y científica; una novela de intriga con la reflexión sobre la investigación, la ambición de algunos investigadores y la obsesión por el envejecimiento y el culto al cuerpo.

La novela plantea, también, algunas cuestiones éticas relacionadas con la práctica médica, la investigación en medicina y la gestión de las instituciones sanitarias. Novela en el que se entremezcla el mundo sanitario y la novela negra.

sábado, 12 de marzo de 2022


 Notas después de leer “LA CARRETERA DE LA COSTA” novela de KEPA MURUA

“La Carretera de la costa” es la vía que discurre por localidades como Zarautz, Getaria y Zumaia. Podría llamarse Ceferino Peña, el hombre que con su muerte un 16 de mayo de 1980, marca la voz del narrador, por ser una víctima de ETA que la organización terrorista reconoce como un error. La muerte de Ceferino Peña y los ojos de su pequeña hija quien lo ve morir a manos de “Korta”, se convierten en pilares para las reflexiones del narrador, quien nos cuenta  lo que pasaba por la cabeza de los implicados en el drama: detalles de lo que vivió en carne propia el asesino, de lo que pensaban los policías, algunos otros etarras, y tantos otros.

Es una mirada a los llamados años de plomo en el País Vasco que toma como punto de partida el asesinato el 16 de mayo de 1980 de Ceferino Peña a manos de una ETA que, en un comunicado posterior, describió su muerte como un error. El mundo sectario y trágico de ETA trataba de normalizar lo que nunca debió ser normal.

Es una novela intensa que nos invita a reflexionar sobre el terrorismo de ETA y es un homenaje a la gente que ha fallecido, a los olvidados, a los innombrados, a los testigos silenciosos.

El autor escribe esta novela quizá porque hay que hablar de las cosas para conseguir reconciliarse con el pasado, para que éste deje de tener tanto peso y poder así al fin perdonar u olvidar, aunque no será fácil olvidar a 855 víctimas. Alguien ha recordado cómo Hannah Arendt nos enseñó que comprenderlo todo no es perdonarlo todo.

miércoles, 2 de marzo de 2022


 AUTORRETRATO”, óleo de 1928 de ÁNGELES SANTOS (1911 – 2013)