“Y TODOS CALLARON” novela de TOTI MARTINEZ DE LEZEA
La acción se sitúa en Vitoria-Gasteiz,
febrero de 2008. El testamento de Amelia Zabaleta desvela un desconcertante
secreto celosamente guardado, y cuyo origen se remonta al pasado de la
fallecida e implica a sus familiares más cercanos. La herencia ha de repartirse
entre su hija Elvira, dos de los trabajadores que pasaron media vida junto a
ella y el tercero de los herederos es un hijo de cuya existencia nadie era
consciente. Y Elvira solo podrá acceder a su parte de los bienes familiares si
encuentra a Miguel Aurra Zabaleta, su hermanastro, a quien corresponde la mitad de la
fortuna de Amelia.
Jon Martínez de Albeniz, un detective de
poca monta, de cuarenta
y cuatro años, divorciado, será el encargado de hacer visible el
misterio e intentará
dar con el hijo desaparecido. Pero ¿qué razones puede haber para
ocultar algo tan trascendental para una familia, en pleno siglo XXI? ¿Qué lleva
a personas normales a tejer una tupida tela de araña con el silencio como
argumento? En definitiva, ¿qué sucedió en esos escenarios setenta años atrás?
Si para el detective la motivación principal
para aceptar el empleo es económica pronto se dará cuenta de que no va a
resultar fácil encontrarlo, pero la historia pasada de Amalia es
apasionante…una mujer fuerte, valiente y con coraje que luchó por recuperar lo
perdido hasta el último día de su vida. Su juventud y madurez estuvieron marcadas por
la Guerra Civil Española y la posguerra. La vida de Amalia se va reconstruyendo a partir
de las investigaciones del detective, de sus entrevistas con personas relacionadas
con la familia de la protagonista o con gente que la conoció. Mucho del interés
de la novela reside en las entrevistas con personas que convivieron o
conocieron a Amalia.
La novela deja testimonio de las barbaridades
que se cometieron en una época determinada en nuestro país, las repercusiones y
miedos que tuvieron en algunas personas los años de la Guerra Civil y la
posguerra y narra una entrañable historia de amor que ha perdurado en el
tiempo.
Prosa sencilla, emotiva en ocasiones, muy
adecuada a la historia que narra. Se nota que la autora domina la narración y
el retrato de los personajes.
