sábado, 30 de enero de 2010



Con la novela LAS MANOS CORTADAS de LUISGÉ MARTÍN, he descubierto un hermoso texto literario y a un gran escritor.
Treinta años después del golpe militar de Pinochet, el propio escritor Luisgé Martín, narrador y protagonista de la novela, tras publicar un artículo en el que critica la falta de libertades en Cuba, decide acudir a una misteriosa cita donde le entregarán unas cartas manuscritas que podrían destruir la imagen de uno de los revolucionarios más singulares del siglo XX, Salvador Allende, pero lo que encuentra al llegar al hotel es un hombre asesinado. Así comienza un apasionante y apasionado viaje por Chile, guiado por ese misterio en torno a la figura de Allende, "uno de los políticos más nobles y entregados del siglo XX" y de algunos de los personajes -ficticios en su mayoría- que rodearon su existencia. Los hechos que se narran, sin embargo, son verdaderos. El autor construye una historia sobre los ideales y una aproximación al engaño, a la amistad, a la ambición y a la traición.
El protagonista empieza a investigar quien es ese hombre que le ha ofrecido las cartas y empieza a deshacer el ovillo siguiendo las pocas pistas que tiene, los nombres, los pueblos, los hechos históricos que figuran en las cartas. Comienza entonces a contarnos la historia de Chile y nos va llevando, a través de los Savonarola, por una trama llena de pasión y de lucha, desde casi dos siglos antes hasta el bombardeo de La Moneda, aquel 11 de septiembre, hasta nuestros días. Una novela extraordinariamente bien construida, y que nos deja una serie de personajes que son difíciles de olvidar: el taxista Osvaldo lleno de matices, Sandra Flechart, con sus muchas versiones es increíble y hasta el mismo Allende, como personaje, funciona en la novela.
La trágica muerte de presidente chileno, derrocado por el golpe militar de Pinochet en septiembre de 1973, "lo hace de alguna manera incomparable", pero Luisgé Martín (Madrid, 1962) cree que si Allende hubiera gobernado hoy, su programa hubiera sido "muy distinto", aunque "su actitud de diálogo, de tolerancia y de intentar mejorar el país habría sido la misma". "Si Allende hubiera sido hoy presidente, se habría parecido probablemente a Lula da Silva, es decir, alguien mucho más pegado a una doctrina socialdemócrata, pero no habría tenido que luchar contra la brutalidad con la que se le atacó desde antes de llegar a la presidencia".
"Antes de que Allende tomara posesión como presidente, Nixon ya dio orden de estrangular la economía chilena". "Se dice que George Bush ha sido el peor presidente de Estados Unidos, pero estoy convencido de que Nixon fue mucho peor". Consciente de que la figura de Allende tiene sus detractores, el escritor concluye: "A mí me sigue fascinando llegar a Chile y ver que hay gente que todavía se emociona pensando en Pinochet, igual que en España me asombra que todavía haya gente que se considere franquista. No entiendo que alguien pueda declararse fan de un asesino", concluye.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la política es muy complicada, muy, muy complicada. Nunca llueve a gusto de todos. Un oficio bonito pero complejo.

Anónimo dijo...

La politica no es un oficio, ese es el problema. La politica , es una ideologia, un querer hacer por los demas, por unas ideas, por cambiar y mejorar la realidad social, buscando el beneficio del pueblo. No un oficio, ni un empleo , por eso se ha convertido en algo complejo porque si olvidamos las ideologias y lo que queremos ser, eso da el desencanto y el abandono. Un libro marivolloso.

Anónimo dijo...

Bueno, estoy de acuerdo pero no del todo. Para mi la política no es un oficio,es una ideología pero para los que trabajan por la política en el país si lo es. Fuera aparte de la ideología de los políticos como personas.

Sotogrande dijo...

A mi lo que me alucina es que existan seres de veinte años que se consideren franquistas, seguramente sus progenitores les han adoctrinado bien, pero yo no puedo dejar de verlos como mala gente.

leon no es feroz dijo...

El mundo hubiese ido mucho mejor si Allende viviera. Era una niña cuando lo asesinaron vilmente. Recuerdo también la muerte de Victor Jara al que le cortaron las manos.
Siempre oí que Nixon y A Kissinger sabían que CHile quería nacionalizar la riqueza inmensa de su pais ,y a través de los medios de comunicación, inventaron una crisis económica, que no era cierta.
Fué un golpe brutal, para todos aquellos que tenian conciencia social y a partir de ahí, todo fué a peor, Argentina, y el resto de América Latina.
Interesante ahondar en la figura de Allende.
Un saludo.

Rukaegos dijo...

Tengo el libro en el capítulo pendientes, pero conozco otros textos de Luisgé excelentes como "La muerte de Tadzio".
Cuando quieras intentamos traerle a Santander y te lo presento, que es amiguete :)

Escéptico dijo...

Es un buen escritor y esta es muy buena novela, amigo Rukaegos.
Soy,leon no es feroz, de esa generación que vivió con intensidad la experiencia chilena de la Unidad Popular y de Salvador Allende; de la intransigencia de la derecha chilena, de la presión de la izquierda radical, de la mano golpista de Kissinger, de la traición de militares como el propio Pinochet. Hay libros escritos muy interesantes sobre aquella época. Alguno incluso ha sido comentado en este blog.

Escéptico dijo...

La actividad política, Elisabeth, anónimo, no es siempre fácil. Solo se puede entender como trabajo y con carácter temporal. La política no puede ser una profesión definitiva, aunque haya políticos profesionales. Me importa la política si está basada en ideas, valores, compromiso, honestidad y comportamientos éticos.

Sotogrande dijo...

Olé!

ADELAIDA dijo...

Bienvenido a una vida mejor, basada en la tranquilidad, en la paz y en el bienestar.

Un beso, te queremos

Anónimo dijo...

Eso Adelaida,... y en el sosiego y la libertad. Un abrazo y seguimos contigo.
Alberto.

Escéptico dijo...

Adelaida, Alberto, gracias por vuestra complicidad.