lunes, 8 de octubre de 2012

El pasado viernes día 3, nos encargaron a un periodista y a mi que, mediante una serie de preguntas, presentáramos, aquí en Santander, la nueva novela de María Dueñas, “Misión Olvido”. Fue una satisfacción.
En “MISIÓN OLVIDO” de MARÍA DUEÑAS, la protagonista es Blanca Perea, una profesora española que intenta poner distancias en su vida y superar el abandono de su marido. Cuando en lo personal y en lo profesional todo parecía encarrilado en la normalidad, su matrimonio salta por los aires.
Blanca Perea consigue, en 1990, una beca para trabajar durante unos meses en la pequeña Universidad de Santa Cecilia en California y allí deberá ordenar y clasificar los papeles que dejó un profesor español, Andrés Fontana, que salió de España poco antes de comenzar la Guerra Civil y que no regresó, falleciendo a finales de los sesenta del siglo pasado. “Mi labor era la recuperación de la memoria de un hombre. La memoria enterrada de un hombre olvidado”.
De esa manera la profesora española irá conociendo la historia de unos frailes franciscanos que entre 1769 y 1823, apenas cincuenta años, clavando toscas cruces de madera, forjaron misión a misión el mítico Camino Real en California: veintiuna misiones a lo largo de 600 millas en una aventura que iniciara Fray Junípero Serra. En el siglo XX aquellas misiones fueron rescatadas y reconstruidas.
Cuando Blanca Perea avanza en su trabajo, aparece Daniel Carter, un hispanista americano, maduro y atractivo, que recorrió España en 1959 con la intención de escribir una tesis sobre el escritor español exiliado Ramón J. Sender, un viaje que a Carter le cambió la vida. Es entonces profesor en la Universidad de California en Santa Bárbara, donde estuvo la décima misión del Camino Real. Un profesor con páginas oscuras en su pasado, con algunas cuentas pendientes y que se cruza en la vida de la profesora española.
Blanca se verá implicada en afectos e intrigas que le abren puertas del pasado, pero que tienen implicaciones en el presente.
La obra discurre en tres planos temporales: el tiempo en el que Blanca Perea trabaja en la Universidad norteamericana; la España de los años treinta vista a través de la biografía de Andrés Fontana y la España de finales de los cincuenta cuando Daniel Carter viaja a España.
Si alguien me pide opinión: recomiendo la lectura de la novela.

lunes, 1 de octubre de 2012

Ven en TV el documental de 2011 “UNDER AFRICAN SKIES” (Bajo los cielos africanos), que narra la historia de la grabación del famoso disco de Paul Simon “Graceland”, 25 años después de su grabación.
En 1986 Paul Simon viajó a Sudáfrica atraído por alguna música hecha por músicos sudafricanos que había escuchado. Mandela seguía en la cárcel y De Klerk era el presidente de una Sudáfrica racista.
En un estudio de grabación, Paul Simon toca sin descanso con un grupo de músicos sudafricanos. Son dos mundos que no se conocían. Durante doce intensos días Paul Simon dirige el trabajo con la técnica de ensayo y error, tratando de fusionar el pop y la música que interpretaban los músicos sudafricanos.
Pero aquel trabajo no era aséptico. Naciones Unidas había decretado sanciones económicas que incluían un boicot deportivo y cultural contra el país. Paul Simon se enfrentó a esas sanciones con la complicidad de los músicos sudafricanos. El boicot era defendido por el Congreso Nacional Africano y por el grupo Artist Against Apartheid (Artistas contra el apartheid). Paul Simon fue acusado de colaboracionista. Algunos de los músicos que hicieron posible aquella grabación veían que ello era una oportunidad para denunciar el apartheid en el mundo.
Finalmente “Graceland” superó los obstáculos.
Hoy vuelvo a emocionarme escuchando a Ladysmith Black Mambazo, como me sigo emocionando al escuchar a Paul Simon y a sus músicos acompañados de Miriam Makeba entonando “N´Kosi Sikelei África”, el himno sudafricano (entonces prohibido) en el concierto que dieron en Zimbabwe.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Leyendo un texto que relaciona el vestir y la pintura he visto este cuadro de Sofonisba Anguissola (1532-1625), “Retrato de una joven dama” pintado en 1560 y que se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano en Madrid. Traje de terciopelo rojo de seda bordado en oro, mangas de raso con hilos de oro, cuello y puños de lino.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Leo “EL ASESINO DE BECQUER” de VICENTE ÁLVAREZ DE LA VIUDA. Una novela de intriga en tiempos actuales con la biografía de Bécquer de fondo. El asesinato de una mujer pone en alerta a la policía de la ciudad de Berlai (una especie de Valladolid del futuro). Junto al cadáver aparece un recorte con textos que relacionan el hecho con Bécquer. Puede ser un asesino en serie. La policía se pone en contacto con quien mejor puede conocer al poeta: Ariel Conceiro, bibliotecario y bibliófilo, anclado en los recuerdos de un amor del pasado y con pasión por los libros y el jazz, especialmente Miles Davis y que ya había protagonizado una novela anterior del mismo autor “El Necronomicón nazi”.
En la investigación estará acompañado por la ácida y atractiva inspectora Olga Tarilonte y su compañero Camilo Batista. A la muerte inicial le siguen la de una joven rumana, una prostituta, un niño prodigio del piano, un anticuario. En todos los casos siempre hay restos de una referencia a Bécquer. Ariel y los policías tienen que trabajar contra reloj para descifrar los enigmas y dar con el autor de esas muertes.
Buena y entretenida novela, con una importante labor de investigación sobre Gustavo Adolfo Bécquer.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cartel para “El holandés errante” de Richard Wagner.

OSCAR MARINÉ, premio Nacional de Diseño de 2011, ha sido el encargado de pintar los carteles de las 16 obras que se representarán esta temporada en el Liceo de Barcelona.

domingo, 9 de septiembre de 2012

En agosto de 2012 se cumplían diez años de la muerte de EDUADO CHILLLIDA. La escultura, decía Chillida, no existe sin el vacío, de la misma forma que la música no existe sin el silencio.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Al llegar el mes de septiembre, me ha parecido oportuno publicar aquí este comentario mío que apareció hace algunos días en El Diario Montañés de Santander.

UN GRAN ACUERDO NACIONAL

Cuando los recortes y ajustes se traducen en tangibles perdidas de empleo y en disminución de los ingresos disponibles, los alivios de discursos resignados aun interpretados como bien intencionados, sirven de muy poco. Las palabras si no van acompañadas de hechos tangibles no modifican la realidad.
Cuando nos llegaron los primeros efectos de la crisis, teníamos en España superávit presupuestario y una deuda pública del 37% de nuestro PIB. Vivíamos en un mundo ideal y Aznar no previó lo que estaba sucediendo con una burbuja mobiliaria y otra financiera a punto de engullirnos, Zapatero se negó a admitir lo que ocurría y no corrigió el rumbo a tiempo y a Rajoy le ha desbordado la situación y ha arrojado a la papelera su programa electoral, aunque no su ideología. No sabemos cuando volverá a salir el sol.
Se apostó un día por la liberalización del suelo y se produjo una expansión del sector inmobiliario donde la disciplina se dejó a un lado, se actuó sin disciplina y la lógica estuvo ausente. Nadie enmendó tanta acumulación de errores, algunos de ellos acompañados de prácticas de corrupción evidentes. El sector eléctrico ha acumulado un déficit de 25.000 millones de euros, una fuga que deberá taponarse con subidas de tarifas que pagaremos mensualmente.
Si al finalizar este año no se cumpliera con el 6,3% de déficit máximo autorizado por la Unión Europea, ¿Qué nos espera?
La gestión del gobierno actual conduce a un país con paro creciente, con 5.693.000 personas sin empleo (en los últimos doce meses el paro ha aumentado en 860.000 personas), con una tasa escandalosa del 24,63% de la población activa en desempleo, con una tasa del 51,09% de los jóvenes menores de 29 años sin empleo, con una cifra de ocupados de 17,4 millones que es la misma que tenía España en el año 2003. Sería muy deseable cambiar las palabras tan repetidas como huecas por un discurso honesto que nos dijera qué piensa hacer el gobierno para corregir el panorama.
La profundidad de la crisis y la ausencia de acciones para invertir la tendencia, lo que está provocando no es solo una crítica recesión económica, sino que está poniendo en riesgo otros valores. Porque está en riesgo nuestras dignidad colectiva como país, la confianza en nosotros mismos y el escaso prestigio de los gestores públicos que no parecen entender lo que sucede. Está en riesgo lo público y el interés general.
Los ciudadanos esperaríamos un gran acuerdo nacional para salir de la crisis y de la recesión y para actuar con personalidad propia en Europa, intensificando el diálogo político y el esfuerzo por alcanzar espacios de encuentro, desde la fortaleza del sistema democrático sustentado en la racionalidad de la discrepancia. Es esa fortaleza la que elimina las dudas al aparcar aspectos de mayor carga partidaria e incluso ideológica.
Los ciudadanos esperaríamos un gran acuerdo nacional para pactar que los ajustes y recortes no sean una simple desmesura y por ello inaceptables, para encontrar un escenario algo más favorable donde podamos cumplir con nuestras intransferibles obligaciones de austeridad sin morir en el intento, para que dispongamos de unas administraciones públicas menos complejas y más eficaces, para que afloren políticas anticíclicas, para aliviar los efectos de una década de errores acumulados, para que sepamos que el camino de sudor, lágrimas y fango en el que nos obligan a caminar tiene un límite, para que se frene la sangría de nuestro aparato productivo y la destrucción de las clases medias de nuestra sociedad, para que, en definitiva, se evite seguir en caída libre hacia la intervención total.
Dejemos a un lado las descalificaciones y busquemos la urgencia de un gran acuerdo nacional para pactar un programa de reformas y crecimiento, donde a temas ya avanzados como la consolidación fiscal, se añadan otros como la reestructuración definitiva de nuestros sistema financiero (caiga quien caiga), la reforma inaplazable de nuestros servicios públicos de empleo, la búsqueda de eficacia en las políticas activas de empleo, la adecuación de nuestro sistema productivo a parámetros de competitividad, el problema social del desempleo juvenil, el acceso a la financiación de autónomos y pequeñas y medianas empresas... Un gran acuerdo nacional que nos indique a los ciudadanos que al frente del país no hay una lista de gobernantes ausentes únicamente interesados en repartir responsabilidades hacia el pasado o hacia los costados, sino de personas medianamente capaces que, en las actuales circunstancias, intentan manifestarse como comprometidas con el interés general.