martes, 23 de septiembre de 2025

El 25 de abril de 1990 VIOLETA BARRIOS DE CHAMORRO asumía la Presidencia de Nicaragua, un país que aun debía superar las consecuencias de una guerra y la división entre sandinistas y oposición. Gobernó entre 1990 y 1997.

Escribí estas notas cuando falleció en el exilio en Costa Rica el 14 de junio de 2025. Fue la esposa de Pedro Joaquín Chamorro asesinado en 1978 por la dictadura de Somoza. Formaba parte de una de las familias más influyentes de Nicaragua. Ella y sus hijos Cristiana, Pedro Joaquín y Carlos Fernando, han sufrido la despiadada represión de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, quienes con una terrible deriva dictatorial han llevado a Nicaragua al desastre, aniquilando cualquier voz crítica.

En 1979 formó parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, que se formó después del triunfo sandinista y la derrota de régimen somocista.

En 1980 abandonó la Junta y en 1989 se formó la UNO (Unión Nacional Opositora) integrada por 14 organizaciones políticas. Encabezando ella la candidatura de la UNO ganó las elecciones en febrero de 1990.

Conocí a Doña Violeta siendo presidenta. Recuerdo que la reunión con ella fue muy agradable. También me reuní con Antonio Lacayo, cerebro gris del gobierno que estaba casado con Cristiana, hija de Doña Violeta. Guardo recuerdos muy especiales de mis viajes a Nicaragua.

He leído “Sueños del corazón”, memorias de Doña Violeta publicadas en 1997 y “La difícil transición nicaragüense” de Antonio Lacayo publicado en 2005.

 

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