miércoles, 24 de marzo de 2010



Escribo hoy a partir de notas tomadas después de leer dos interesantes artículos de Jorge Volpi y Jean Daniel publicados en El País los pasados 26.01.10 y 11.01.10.
“Existe un resurgimiento de la defensa de la moral pública – especialmente sexual – en el seno de la derecha”.
Vivimos una época de fuerte presencia e influencia religiosa: el islamismo que golpea en Pakistán, Afganistán e Irak, una forma mesiánica del sionismo americano, el fundamentalismo evangélico en Estados Unidos, el Hezbolá libanés, el Hamas palestino, los rebeldes de Yemen, la fuerza de la jerarquía y de los movimientos católicos en Europa y América Latina.
En México, uno de los regímenes laicos más sólidos, la Iglesia católica está tratando de retomar un papel de guardián de las conciencias y de influir en asuntos de interés público.
La guerra se establece entre quienes defienden la libertad individual y quienes quieren limitarla; entre quienes defienden políticas públicas liberales, laicas y de interés general y que las creencias corresponden al ámbito individual y personal y quienes defienden el derecho a influir desde sus creencias en la legislación y en las políticas públicas.
La religión, las iglesias, incluida la católica, no pueden regular la vida de todas las personas, incluidas las que no comulgan con sus creencias.
Con ese afán de influir y regular, las iglesias no hacen sino profundizar negativamente en las lógicas diferencias de las personas que configuran una sociedad plural.
Si la Iglesia católica ha perdido parte sustancial de su influencia, caso de España, debiera analizar sus causas, pero no cargarnos a todos con su dogmatismo moral y su fundamentalismo social.

8 comentarios:

Elvira dijo...

"La religión, las iglesias, incluida la católica, no pueden regular la vida de todas las personas, incluidas las que no comulgan con sus creencias."

Totalmente de acuerdo. Me gusta recordar una frase de Shakespeare que puse en el blog: "Hereje no es el que arde en la hoguera. Hereje es el que la enciende."

adela dijo...

No creo que haya un resurgimiento importante dentro de las diversas creencias religiosas, si puede que existan nuevas sectas,o agrupaciones que quieren sacar el dinero de sus adeptos, véase a la que pertenecen varios actores americanos, por nombrar una, la de la cienciología.
En cuanto a la que conocemos bien que es la católica, la que ha existido siempre en nuestro país y en gran parte del continente europeo, ha marcado y ha influido enormemente y en la mayoría de los casos negativamente a lo largo de los siglos y los siglos, y siempre para su propio provecho. Hoy en día Rouco y Cia quieren seguir mangoneando el sistema, por poner un ejemplo.Los fundamentalismos no son buenos, son destructivos.

Las creencias son un invento del hombre.

Mi religión es ser buena persona o por lo menos intentarlo, querer y ayudar a todos los que me rodean con mucho amor y cariño.

Un beso

Anónimo dijo...

Yo también pienso como vosotros: ninguna iglesia debe regular la vida de la gente. Para mí, religión es sinónimo de espiritualidad, y eso es, o debe ser, algo muy íntimo. Cuando se mezclan otros fines....malo.
Saludos,
Alberto.
Adelaida...ando liadillo, pero no dejo de leeros. Por cierto,...me gusta tu religión. Eres...divina!;)

Sotogrande dijo...

Qué gran tema! La guerra por quien se hace detentor de las eséncias morales del siglo XXI?
Aquí hay negocio! Ysi acertamos, tendremos dinero para comprarnos un Rollos Royce para cada día de la semana.

Como principio sagrado diría que no acepto, o que soy reticente, que un grupo de personas como yo, se organizen en forma alguna y me digan qué tengo que hacer, cómo tengo que vivir, con quien puedo hacer contratos y pretendan quedarse el 56% o el 5% del dinero que gano. Ahí soy muy anti-corporación, sea esta religiosa, industrial o estatal.

Si una coporación, gurpo de personas con un objetivo común, quiere tener influencia sobre mi, individuo, deben dejarme la libertad de elgir entre competidores, si quiero Nike o Adidas, por ejemplo, debo poder saber cómo gánan dinero, o sea preciso una transparencia para que no me mientan, quiero saber si cumplen la ley, si utilizan niños-esclavos para coser las pelotas o si abusan de monaguillos en los coros irlandeses. Y lo mismo se aplica para con los políticos pero ya no insisto para no ser cansino.

Pero hay algo que para mí es muy importante, para limitar el poder de las corporaciones debemos regular de algun modo la fidelización. Verdad que no entenderíamos que por el hecho de ser de Santander debieramos utilizar simpre zapatillas Nike? Tener que ser, de por vida, de Movistar?
Pues lo mismo con la religión. Porqué cuesta tanto apostatar? En casos como la religión musulmana simplemente no se puede, bajo pena de muerte.

P.D.
Adelaida:
Las creencias son una invención del hombre, sí, y qué?
El teléfono portátil también es una invención del hombre, y qué pasa?
Cada corporación utiliza algo para apalancar su poder. Y que sea una invención del hombre no lo hace menos trascendente.

P.D.
Alberto:
Totalmente de acuerdo con lo de la espiritualidad. Hay que dejar que aflore, pero..., como?

Anónimo dijo...

Buena pregunta, Sotogrande! Opino que tiene que aflorar de manera natural y sobre todo libre. Es cierto que tiene que haber un sistema de principios generales (un poco lo que tu llamas regular la fidelización), pero después, a la hora de llevarlos a la práctica, es precisamente ahí donde entra en juego la elección de cada uno, de acuerdo con la personalidad, los gustos y la forma de ser. Creo que ese sistema no tiene que ir en contra de temas que tradicionalmente han sido tabú para la religión, y creo que ese sistema debe evolucionar al mismo ritmo que lo hace el ser humano y la sociedad, porque no es algo que esté por encima del hombre. No sé, pero el tema da para mucho.
Saludos,

Alberto

Sotogrande dijo...

Por "sistema de principios generales" que tú dices, yo lo entiendo como que debe existir algo común a todas las religiones, algo que las haga capaces de convivir y progresar en la misma dirección.

En la actualidad los musulmanes van hacia otra dirección a la nuestra.
Yo, sólo les pido 3 cosas para que rectifiquen ellos:
-Equiparación del hombre y la mujer por ley en todos los países musulmanes.
-Celebración de algo parecido a un Concilio Vaticano II en su religión para hacerla más moderna y adaptarla a los nuevos tiempos.
-Separación, también por ley de las actividades religiosas y seculares. O sea, laicidad de la estructura pública por ley.

Para imponer esto no habrá suficiente con buenas palabras. Serán necesarias muchas hòstias. Dadas y recibidas.

Rukaegos dijo...

Al hilo de los caminos actuales de la Iglesia Católica, me pregunto, Sotogrande, si antes de pedir a los musulmanes algo parecido a un Concilio Vaticano II no debería el orbe católico recuperar el impulso de ese mismo Concilio cuyas conclusiones y documentos hace mucho tiempo que dejó de aplicar, o incluso abrir un Vaticano III. Porque modernización podría estarse viviendo en ciertas iglesias luteranas, la anglicana y episcopaliana, pero en la católica ...

En todo caso, estoy de acuerdo en que esos tres procesos, y tal vez algunos más, son una cuenta pendiente en el Islam.

Escéptico dijo...

Veo que el tema da bastante de si. Las religiones (conglomerado de ritos, creencias y mitos) ha impregnado muchos ámbitos de nuestra sociedad y de nuestras vidas.
Pienso que las creencias deben formar parte de lo personal y que los intereses generales deben estar regulados por principios respetuosos con la ética, con valores laicos, con la aceptación de las diferencias y desde el pluralismo de concepciones de cómo regular esos intereses generales.