
Me ha llamado para preguntarme si mañana hacía huelda. La he contestado que no, que no veía razones y que no me apetecía que después del recorte obligado por decreto me quitaran otro día de la nómina.
Me ha contestado que me entendía perfectamente.
Un espacio para reflexionar y compartir
Se ha muerto José Antonio Labordeta el pasado 19 de septiembre. En estos días se han publicado muchos textos recordándole. No quiero añadir un comentario más. Simplemente quería dejar escrito este recuerdo a quien siempre me pareció un hombre bueno, honesto y cabal. He escuchado muchas veces sus canciones y, en alguna ocasión, uní mi voz, poco útil para la canción, a la de otros muchos para acompañar a Labordeta en algunas de sus actuaciones. Esas canciones, algunas de ellas, forman parte de nuestra memoria sentimental, de la mía al menos.
Aprovechando un viaje en tren de Santander a Valladolid ida y vuelta en el mismo día, Leo la novela “ESPERAME EN LA HABANA” de JUAN ANTONIO MARCH, en la que el autor intenta recrear un nuevo reencuentro histórico de España y Cuba.
El libro, con una amena narración, nos aproxima a los cambios en Cuba desde los últimos años del siglo XIX hasta hoy y aventura una hipótesis sobre el futuro de Cuba después de la muerte de Fidel Castro.
Es una novela y por tanto una hipótesis que imagina el autor, con unos resultados no exentos de buena voluntad.
La novela tiene dos protagonistas: la familia cubana de Matías Márquez y sus hijos y Jorge Basauri, un español en Cuba.Yo la calificaría de una novela amable con interesantes descripciones sentimentales de la ciudad de La Habana
De mi libreta de notas.
JUAN MARICHAL, falleció el 8 de agosto de 2010 en México donde vivió su exilio desde la guerra española que el mismo llamó “incivil”. Regresó a España a finales de los ochenta, pero regreso a México cuando su salud se resintió. Tenía 88 años y había desarrollado una intensa labor académica en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, donde fue una verdadera institución querida y apreciada. Allí se casó con Solita Salinas, hija del poeta Pedro Salinas.
Como ha recordado Santos Juliá con motivo de su muerte fue “un liberal que sabía escuchar”.
Si hoy le quiero recordar es, fundamentalmente, porque reivindicó para la cultura española a D. Manuel Azaña, recopilando y publicando en México en los años sesenta por primera vez su obra. Aquel trabajo fue completado décadas después con la edición de Santos Juliá de las obras completas de Manuel Azaña, edición publicada hace muy poco tiempo. Su biografía “La vocación de Manuel Azaña” se publicó por primera vez en España en 1971.
Se rebeló contra los intentos de la Dictadura del General Franco de borrar todo lo que hubiera de ilustración y liberalismo en la Historia de España. Le preocuparon los nacionalismos excluyentes por exceso de carga imaginaria y la impronta de la Iglesia Católica sobre las voluntades y las conciencias. Otras obras suyas fueron “El secreto de España”, una colección de ensayos sobre la historia intelectual y política de España publicado en 1995; “El nuevo pensamiento político español”, un intento de aproximación a los que como Laín Entralgo, Tierno Galván Dionisio Ridruejo, Giménez Fernández o Jaume Vicens Vives manifestaban voluntad de convivencia, aunque fuera desde postulados diferentes.
Como ha recordado Santos Juliá, al hablar de Azaña o de Negrín Juan Marichal escribió sobre el drama de unos hombres que “entran en la acción política para afirmar los principios de la conciencia individual y que al participar en las luchas políticas ven todos los riesgos que para su propia conciencia individual comporta esa defensa, esa afirmación de la primacía de la conciencia”.