miércoles, 7 de febrero de 2024


 Notas después de leer “INDEPENDENCIA” novela de JAVIER CERCAS

Inspirándose en el mosso d’esquadra que abatió en 2017 a los terroristas de Cambrils, Javier Cercas creó “Terra Alta”, con Melchor Marín de protagonista un detective hijo de una prostituta asesinada, expresidiario, lector impenitente de novelas (sobre todo de 'Los miserables' de Víctor Hugo), sagaz y expeditivo en su desempeño profesional, que tras perder a su esposa Olga se queda solo con su hija Cosette. Este policía se integra como un protagonista importante de la novela negra de las últimas décadas.

En “Independencia” vuelve el “mosso” Melchor Marín a Barcelona requerido por Blai, su antiguo jefe y ahora inspector, para que colabore con otro conocido, el sargento Vázquez, para investigar un caso vidrioso: están chantajeando con un video sexual a la alcaldesa de la ciudad. No se trata de Ada Colau, porque el chantaje tiene lugar en un 2025, cuando la actual alcaldesa pertenece al pasado, como el “procés”, que se da por fracasado. Cataluña no es una balsa de aceite, pero el 'procés' y el coronavirus parecen episodios históricos superados.

El policía he enviudado y quiere abandonar el cuerpo para ser bibliotecario como su mujer y vivir tranquilo, cuidar de su hija Cosette, y olvidar los sinsabores de su oficio. Nadie al verlo puede dudar de su profesión, como le dice Rosa Adell, una de las secundarias de la novela y memoria de episodios anteriores. En el retorno a Barcelona se hospedará junto a su hija en el domicilio de su amigo, el abogado Vivales, otra pieza para el reparto escalonado de pesquisas entre cenas informales y películas de westerns de fondo.

Siente pesar por no haber encontrado a los asesinos de su madre, pero con su sentido de la justicia y su integridad moral, Melchor debe desmontar una extorsión que no se sabe si persigue el simple beneficio económico o la desestabilización política, y, para hacerlo, se adentra en los círculos del poder, donde reinan el cinismo, la ambición y la brutalidad corrupta.

Es una novela absorbente, poblada de personajes memorables y que se convierte en un retrato demoledor de la élite política y económica barcelonesa, y es un alegato contra la tiranía de los dueños del dinero y los amos del mundo. El juicio de esa élite se desprende de las opiniones de los representantes de la sociedad rica y poderosa (Casas, Vidal y Rosell), hijos de papá, acostumbrados a actuar impunemente como los dueños naturales de Cataluña, quienes reconocen lo que el “procés” tuvo de embaucamiento colectivo.

El retrato de esos pijos es inmisericorde: depravados, cínicos, corruptos, manipuladores de las vidas ajenas y frente a ellos, Ricky Ramírez, compañero suyo en Esade, hijo de un sindicalista, encarna al pobre que confía en que arrimarse a los “buenos” ayuda a convertirse en uno de ellos. En él se traza al antihéroe solapado, al pobre diablo destinado a perder en la telaraña irrompible del dinero y del poder, al desdichado, al que se utiliza y desprecia.

Me pareció una muy buena novela.

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