martes, 27 de febrero de 2024

Después de leer “ESPIA ACCIDENTAL” novela de JORGE DEZCALLAR

La historia de la novela comienza en la calle Manucheri de Teherán en la que el anciano judío Raphael tiene una tienda de antigüedades. A partir de ahí se desarrollará una historia de ficción que utiliza como telón de fondo la guerra de Siria y la enemistad entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán.

¿Qué sucedió con un collar que el autor hizo llegar hasta una chica en Los Ángeles desde Teherán de parte del judío Raphael? A partir de esa historia inicial, que es real, todo lo que sucede después no lo es.

Asís García Fernández nació en damasco, su padre trabajaba en la Embajada y disfrutaba de un cierto estatus, pero tuvo que salir por un problema de faldas. El padre de la chica no veía con buenos ojos que su hija musulmana saliera con un cristiano y los hermanos de la joven se lo recordaron de forma poco amistosa. Recaló en Málaga donde vivía una tía suya y como hablaba el árabe y el francés, resolvió que era lucrativo el negocio del hachís de los marroquíes. De Málaga también tuvo que salir y recaló en Marsella, y allí acabó en la Legión Extranjera.

Vuelva a Damasco, la ciudad que le vio nacer. Miguel, un verdadero agente del CNI, un personaje que existe en la vida real, le hace a Asís una tentadora propuesta para trabajar con los servicios de inteligencia españoles. Elige a Asís porque reúne el perfil, conoce la zona, domina el idioma y las costumbres, se sabe manejar en el terreno y es capaz de mimetizarse con el entorno. Asís regresa a una Siria destrozada por la guerra y montar allí un negocio como tapadera de otras actividades.

Pronto descubrirá que detrás está el Mossad, se verá envuelto en un embrollo que implica a varios países y se dará cuenta de que convertirse en espía, aunque sea por accidente, tiene un precio que no sabe si podrá pagar.

Dice el autor: “El mundo de los servicios de Inteligencia es un mundo de sombras y eso hace que el público en general no sepa lo que hacen los espías. Esta novela trata de cubrir un poco ese hueco y descubrir su honorabilidad”.

El propio autor dice: “Espía accidental es una obra de pura ficción que utiliza como telón de fondo el drama real de la guerra de Siria y de la enemistad entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán. Escogí Siria porque es un país que creo conocer bastante bien, en el que he estado muchas veces como diplomático y en otras funciones. He llegado a ser recibido por su presidente en un imponente palacio que domina la ciudad de Damasco, he negociado con sus ministros de Asuntos Exteriores, he viajado por el país, hablado con miembros de sus comunidades cristiana y judía, me han escoltado sus temidos ‘muhabarats’ y es un escenario en el que me encuentro relativamente cómodo”.

Y el autor añade: “Oriente Medio es uno de los mayores focos de inestabilidad política del mundo. Hay guerras abiertas en Siria y Yemen, la tensión se mantiene entre israelíes y palestinos, Líbano sufre una debacle económica y financiera de una dimensión no vista desde 1929, el enfrentamiento entre el Irán (chiíta) y Arabia Saudita (sunnita) amenaza con desatar una carrera nuclear, asistimos a la desastrosa retirada norteamericana de Afganistán... Es irónico que el vacío que dejan los Estados Unidos, ya autosuficientes en petróleo y más preocupados con el ascenso de China, lo estén intentando rellenar los países que antaño fueron los tres imperios que históricamente han dominado la región antes del colonialismo occidental: el zarista (Rusia), el persa (Irán) y el otomano (Turquía). Es imposible que un mundo con tal ebullición no sea un campo sembrado para la actuación de todos los servicios de Inteligencia del mundo, que en nuestro caso tratan de prevenir que desde allí nos lleguen oleadas de refugiados y ataques terroristas”.

Como suele ocurrir con las novelas de espías, cuando el autor conoce bien el tema, es una novela entretenida, escrita correctamente y que mantiene la tensión de la trama hasta la última página.

 

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