lunes, 5 de diciembre de 2022

Notas después de leer “EL REFUGIO DE LOS CANALLAS” de JUAN BAS

Mediante un ágil ritmo narrativo, la novela salta adelante y atrás, entre 1946 y 2015, para dar vida y muerte a una pluralidad de personajes contrapuestos y tocados por la tragedia vivida en el País Vasco.

Aparece el odio que unos padres infunden en sus hijos, el sinsentido y la estupidez cruel que fue la larga lacra de ETA, así como de la existencia de un GAL terrible con una bajeza moral comparable a la de la banda.

Desde que ETA anunció en 2011 el alto el fuego definitivo se han incrementado las narraciones acerca del terrorismo vasco y afrontan desde diferentes ópticas la dramática realidad vasca vivida en las últimas décadas.

Juan Bas se ha incorporado a esta corriente con “El refugio de los canallas”. La novela está concebida como un retrato panorámico de la sociedad vasca que se remonta de forma incidental a los decenios antes de la fundación de ETA, desde 1946, y llega a 2015. La parte importante de la narración se sitúa al periodo de los años 80. El relato abunda en la agresividad privada, familiar y doméstica y refleja un medio colectivo de primitivismo y pulsiones rurales, aunque el escenario principal de la acción se localice en Bilbao.

El grado superlativo de esa violencia se encarna en el terrorismo etarra, en el fanatismo que conduce al asesinato a sangre fría: el “gudari” que asesina al hombre que le salvó la vida de niño, la chica que se pone al servicio de quienes mataron a su padre, cómo los vecinos obligaron a una política del PP a que abandonase el edificio en el que vivía, la madre de la asesina que cuida de la madre del asesinado para mitigar la culpa, el salvajismo etarra que tiene su correspondencia en los GAL.

Con continuos saltos temporales la narración va mostrando un bucle de víctimas y verdugos y entre los personajes se dan circunstancias de parentesco, vecindad o relaciones íntimas. Familiares directos de asesinos y asesinados, comparten la historia de amargura y demencia. Importa en la narración el papel que jugó la sociedad vasca. Lo que hicieron el hermano, el primo, el vecino, el compañero de oficina, de pandilla o de trabajo, como el monstruo de ETA se alimentaba de la estupidez, de la crueldad inhumana y el racismo.

Una novela singular y valiente. Bas nos muestra, con buena literatura, la totalidad de la locura, el monstruo con sus siete cabezas.

 

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