miércoles, 24 de agosto de 2022

Notas después de leer “EL JARDÍN DE CARTÓN” novela de SANTIAGO ÁLVAVREZ

En marzo, el fuego, la pasión y la fiesta se adueñan de Valencia. Tras la primera mascletá, “Aquí, en Valencia, fabricamos la ceniza más cara del mundo”,  Mejías y Berta, son citados de forma misteriosa por Gaspar Aparisi, empresario que les propone encontrar los restos del único whisky producido en tierras valencianas, hace ya doscientos años, el Ullal Blau. El detective Mejías quiere rechazar el encargo, pero la recompensa es precisamente el dinero que necesita para saldar su deuda con Hacienda. O consigue una buena cantidad de dinero o se quedará sin piso y sin negocio, porque lo van a embargar por una deuda de impuestos que olvidó pagar.

Será otro caso, el de Augusto Lloret, que lo contrata para averiguar quién está detrás de los sabotajes que le están haciendo a su falla, el que lo llevará hasta una plaza valenciana en la que en  un edificio se han hecho fuertes sus habitantes, los Fuster, personajes que por sus características no pueden ser los encargados de los estragos que les imputan.

Pero en ese edificio también vamos a encontrar a Julia Ferrer una anciana pegada a un libro que cuenta sus orígenes y que es la llave que resuelva el caso en el que se han metido.

Tras la cara más visible de la representación fallera, veremos corrupción y los intereses económicos y políticos.

Los protagonistas son el detective cuarentón, Vicente Mejías, que bajo el inclemente sol valenciano no abandona su traje y gabardina, y Berta, su secretaria, estudiante de periodismo que es también su ayudante y su contrapeso en toda la narración.

Mejías es un tipo duro, cínico, cabezota, apasionado e irónico, siempre cargado con su ventolín y entendido en whisky, en particular del escocés Laphroaig.

Berta condicionada por las reglas que su jefe le impone es una buena chica, lista e inteligente, de memoria fotográfica y algún kilo de más que le resta algo de autoestima, fanática de los pendientes, dotada de artes adquiridas en su pueblo natal que le ayudarán en episodios de la novela. Suele utilizar las nuevas tecnologías pero se ve obligada a escribir informes en la vieja Olivetti de Mejías.

La investigación les conducirá al corazón de la fiesta fallera. Las raíces del asunto se hunden en el pasado, escenarios sepultados por la culpa, el dolor y el odio.

Importan los personajes secundarios como el gitano Manuel y su hijo, Pablito, claves en la escena de desenlace del libro, o Jordi, el periodista trepa, que engatusa a Berta. 

Un libro de intriga, novela negra en la que se nos muestra la Valencia más sórdida con dos personajes muy particulares. La novela no me ha convencido del todo.

Obra anterior del mismo autor con el detective Mejías es “La Ciudad de la Memoria”.

 

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