miércoles, 10 de junio de 2020


Notas después de leer “La Asamblea de los Muertos” novela de Tomás Bárbulo

Cuatro parejas inician un viaje al norte de África en un minibús alquilado. A primera vista, parecen unos turistas con ganas de disfrutar de sus vacaciones, un grupo formado por el Guapo, el Yunque y la Yunque, el Chiquitín y la Chiquitina, el Chato y la Chata, pero en realidad los hombres forman parte de una banda de delincuentes madrileños de Vallecas, banda de poca monta y que se dirigen a Marrakech con un encargo: desvalijar un banco. La Guapa, embarazada, se queda en Madrid.

Como cerebro de la operación aparece un joyero francés conectado con la jet set internacional, que les proporcionará un guía y un contacto sobre el terreno, y, una vez finalizada la tarea, una bolsa de nada menos que dos millones de euros. Sin embargo, pronto surgirán los problemas, y lo que debía ser un golpe perfecto, deriva en una serie de acontecimientos imprevisibles que arrastran al grupo a una situación que jamás habían imaginado. La novela concluye con un asombroso final.

No olvidarse del protagonista que es guía, traductor y experto en descerrajar cajas fuertes y que recibe el apodo de El Saharaui.

Una novela original, divertida, bien planteada, ágil, con ritmo, con intriga, bien escrita y con personajes bien definidos.

El autor es un conocedor profundo del mundo árabe, especialmente del norte de África. Le conocí cuando hace años leí su libro “La historia prohibida del Sáhara español”, por ello, cuando vi esta novela suya me interesó incluso antes de su lectura.

Por lo que he leído, el final de La asamblea de los muertos es sólo el comienzo de "una serie de novelas sobre el Estado Islámico" que tendrán como hilo conductor al Saharaui, ese personaje enigmático. 

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