domingo, 12 de mayo de 2019


Notas de cuando leí la novela “El secreto de Vesalio” de Jordi Llobregat.
“Sólo a través del ingenio puede el hombre vivir eternamente”, escribió Andreas Vesalio, 1564 d.C.
Barcelona, mayo de 1888, una Barcelona convulsa y fascinante de finales de siglo XIX. Faltan 24 días para inaugurarse la primera Exposición Universal, cuando aparecen los cuerpos mutilados de varias muchachas que hacen crecer la inseguridad y el miedo en varios barrios de la ciudad.
La historia se sustenta en tres protagonistas principales, aunque hay personajes secundarios muy atractivos literariamente.
Daniel Amat, joven profesor de lenguas clásicas residente en Oxford, recibe la noticia de que su padre, un prestigioso doctor, ha muerto, lo que le obliga a volver a Barcelona después de siete años de ausencia. A partir de ese momento, se verá arrastrado a la persecución de un despiadado asesino mientras se enfrenta a las consecuencias de su propio pasado, cuando unos dolorosos acontecimientos lo obligaron a abandonar Barcelona.
Bernat Fleixa, reportero de sucesos del Correo de Barcelona, cuyo único interés es conseguir una noticia que le haga famoso, y Pau Gilbert, un estudiante de medicina que oculta un secreto, se unirán a Amat en busca de un antiguo manuscrito anatómico que puede cambiar la historia del conocimiento y que resulta ser el principal objetivo del asesino.
Uno de los grandes misterios de la historia se basa en Andrés Vesalio, un médico belga del siglo XVI quien, con sus descubrimientos y tratados de anatomía, contradijo muchos de los supuestos conocimientos sobre el cuerpo humano que se seguían en la medicina desde Galeno. Su obra "De humanis corporatio fabrica", es un estudio de la anatomía humana con grabados realizados por el propio autor y resulta ser uno de los pilares sobre los que gira la trama de la novela.
Una novela bien escrita, de acción e intriga y con una parte histórica muy interesante; con una buena recreación de la Barcelona gótica de finales de siglo, con sus lugares más significativos, sus calles y sus gentes; el momento en que se levanta el monumento a Colón y también la vida de los barrios más bajos, las alcantarillas, las prostitutas y, también el papel de la burguesía y los poderes locales.

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