miércoles, 29 de agosto de 2018


“El Guernica recobrado” de Genoveva Tusell.
Son pocos los cuadros en la historia de la pintura que han ejercido una atracción tan intensa y permanente como el "Guernica", obra pintada por Pablo Picasso en 1937 para el Pabellón de la República española en la Exposición Internacional de París. Tras un largo periodo en el que la obra permaneció depositada en el Museum of Modern Art de Nueva York, su llegada a España en 1981 tiene una significación trascendental en el momento de la transición a la democracia. Su devolución supuso el final de un largo proceso que va desde la gestación del cuadro hasta las negociaciones para su traslado a España, revistiendo una gran importancia desde el punto de vista de la recuperación de nuestro patrimonio artístico, y marca el final de la transición política y cultural tras los años de dictadura. Aunque se reclamó oficialmente el cuadro, no era posible esa devolución mientras en España no hubiera un régimen de libertades reconocido y homologado internacionalmente. Esa era, por otra parte, la voluntad de Picasso, el artista más destacado del siglo XX, con nulas relaciones con el régimen franquista, que le consideraba un enemigo político por su militancia comunista y su apoyo a la causa republicana.
Gran parte de la documentación manejada durante la investigación de Genoveva Tusell es inédita y procede del archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Archivo Histórico Nacional.
Genoveva Tusell, hija de uno de los artífices del regreso, el historiador Javier Tusell (1945-2005), relata en “El Guernica recobrado” la azarosa peripecia del cuadro desde su creación hasta su recuperación por el Estado español. Entre otros, Javier Tusell director general de Bellas Artes entre 1979 y 1982, lideró las negociaciones para el retorno del cuadro junto con el subdirector de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, Álvaro Martínez-Novillo, con el apoyo de  Íñigo Cavero, ministro de Cultura.
El libro es un relato de lo sucedido desde que el gobierno de la República encargó a Pablo Picasso la realización de un gran mural para el pabellón español en la Exposición universal de París de 1937 y la llegada del cuadro a España el 10 de septiembre de 1981.
En la madrugada del 9 al 10 de septiembre de 1981, el Guernica fue desmontado en secreto de su ubicación en el Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA), enrollado en un cilindro y depositado en un avión de pasajeros de Iberia, donde los viajeros no supieron que en la bodega viajaba algo más que un cuadro, hasta el aterrizaje en Barajas.
El libro, con numerosas notas a pie de página, muy documentado, se lee como si fuera un largo reportaje. Muy interesantes las páginas dedicadas a demostrar cómo fue la República Española quien encargo y pagó el cuadro y las condiciones de Picasso para el Guernica volviera un día a España.

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