Hoy me ha parecido oportuno traer aquí este comentario que escribí en su momento.

“SANGRE, SUDOR Y PAZ: LA GUARDIA CIVIL CONTRA ETA”, un libro escrito por el novelista Lorenzo Silva, por el  coronel Manuel Sánchez  hijo y nieto de guardias civiles, y por el periodista Gonzalo Araluce.

Como se lee en el prólogo: “Este no es un libro neutral, tampoco lo es el relato que contiene”.

Recoge testimonios brutales de familiares de víctimas, de supervivientes del terror etarra, de miembros de la Guardia Civil jamás publicados hasta ahora. Es una historia memoria viva y documental narrada por sus protagonistas. Hay testimonios que impresionan.

La Guardia Civil ha jugado un papel decisivo frente al ataque terrorista de ETA y ha pagado un altísimo precio por ello. Ha participado, por ejemplo, en trece de las veinte operaciones en que dirigentes del llamado “aparato militar” de ETA han sido detenidos en Francia. De las 860 personas asesinadas por ETA, 215 eran guardias civiles y 17 familiares de guardias civiles, entre ellos once niños. 

El libro se acerca al nacimiento, auge, caída y extinción de uno de los grupos terroristas más letales del último siglo en Europa Occidental y está narrado desde un lado de la grieta que su actuación provocó en el seno de las sociedades vasca y española: desde el lado de quienes lo combatieron y finalmente lo redujeron a la más absoluta inoperancia. Es la historia de la lucha contra ETA tal y como la vivieron los guardias civiles y sus familias.

Este libro se suma a quienes están contribuyendo a la derrota de ETA también en el relato literario, en el relato cultural, para entender mejor la España contemporánea, para no blanquear la historia de los asesinos, para no glorificar a los agresores. Se suma a los esfuerzos para recuperar el valor de la palabra y con ella no olvidar que el gran enemigo de ETA era el Estado de Derecho y la democracia.

Tuve la satisfacción de presentar el libro en el Ateneo de Santander, con la presencia de Lorenzo Silva y de Manuel Sánchez.