lunes, 29 de mayo de 2017

En Orihuela, en la provincia de Alicante, nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910.
En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa pero la policía del dictador Salazar, lo entregó a la Guardia Civil. Comienza su peregrinación por diferentes cárceles.
Inesperadamente y sin haber sido juzgado, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad.
Se dirige a Orihuela, donde es delatado y encarcelado de nuevo.
Fue juzgado y condenado a muerte en marzo de 1940.
Pasó luego a la prisión de Palencia en septiembre de 1940 y en noviembre, al penal de Ocaña (Toledo). En 1941, fue trasladado al reformatorio de adultos de Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo. Allí enfermó. Falleció en la enfermería de la prisión alicantina en la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad. Fue enterrado en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el 30 de marzo, hace ahora 75 años.
DE “EL HOMBRE ACECHA” es el poema “Canción última
Miguel Hernández, el poeta, está traumatizado por la guerra, ha estado enfermo, ha visto la bestia en la que se transforma el hombre, ha sido privado de la proximidad de su mujer, de la libertad y cierra el libro con este grito de paz y esperanza, en un poema realmente conmovedor.

“CANCIÓN ULTIMA”

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

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