domingo, 8 de enero de 2017

Descubrí a Rosa Ribas leyendo su novela “Entre dos aguas” y ahora he leído "Con anuncio", protagonizada igualmente por la comisaria Cornelia Weber-Tejedor, hija de una emigrante gallega (Celsa Tejedor) y de un alemán (Horst Weber). La comisaria vive la dualidad hispano-alemana, como hija de inmigrante y alemán en la ciudad de Fráncfort, donde también reside la autora.
La agencia de publicidad de Fráncfort Baumgard & Holder ha recibido algunas amenazas anónimas, hasta que sucede un brutal acontecimiento: la muerte de un publicista en unos días decisivos para que a la empresa en la que trabaja obtenga un contrato importante.
La novela nos introduce en las agencias de publicidad y de quienes trabajan en ellas, en la vida en Fráncfort, en el trabajo de los policías y en la personalidad  y vida privada de Cornelia que tiene 39 años, un personaje en ocasiones contradictorio, con una imagen fría y resuelta, un poco triste, pero con sentido del humor, creativa en su trabajo, fuma y es muy aficionada a los donuts.
En las páginas de la novela aparecen los problemas derivados de la aceptación o no de la inmigración o de la homosexualidad, los problemas generados por grupos neonazis racistas y homófobos, la vejez de los padres de la comisaria, la humanidad de su madre.
¿En lo que está sucediendo, estamos ante una simple guerra entre agencias de publicidad o se esconden otros intereses? La Comisaria, mientras investigan el supuesto asesinato de una prostituta moldava, se hace cargo de lo que sucede en la agencia de publicidad, dejando al descubierto algunos lados oscuros de la capital financiera de Europa.
Una novela bien planteada, bien desarrollada y bien resuelta. Rosa Ribas es una buena escritora que aborda grandes temas que la escritora resuelve con matices y habilidad y de forma clásica como en las buenas novelas negras: con investigación clásica, con sospechosos, con interrogatorios y con mucho trabajo policial.

Sus compañeros son personajes muy humanizados como el subcomisario Reiner Fischer, cincuentón y gran amigo, el joven Leopold Müller recientemente incorporado a homicidios por el que Cornelia siente una debilidad especial o el forense Winfried Pfisterer, alias Goethe, que escribe poemas en la escena del crimen.

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