lunes, 8 de agosto de 2016

“Puerto escondido”, novela de María Oruña 
La autora vive en Galicia. Desde pequeña visita Cantabria, donde ha ambientado esta novela.
En la novela veremos una casona antigua a orillas del mar, dos hermanas que viven en la postguerra, una deidad mesoamericana, una teniente de la Guardia Civil con heridas del pasado y unos bellos paisajes… elementos que esconden muertes y secretos que se remontan hasta la guerra civil. La autora parte de un crimen muy sonado de la región: los vecinos del lugar cuentan que en 1953, una joven ama de llaves despechada, al servicio de la hospedería Las Fondas, en Ubiarco, mató y arrojó por el acantilado al señorito al que servía.
Oliver Gordon, un joven londinense, de madre española, regresa a Suances - donde pasaba los veranos de su infancia - para olvidar una desgracia que le ha ocurrido en Inglaterra. Ha heredado una casona, Villa Marina, y decide arreglarla y convertirla en un pequeño hotel. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé que está casi embalsamado, al que acompaña un objeto que resulta ser una extraña figurita azteca, un Tlaloc. En la fachada de una casona de Santillana destaca una máscara dedicada a Tlaloc, el dios azteca de la lluvia. El descubrimiento desatará sucesos extraños y enigmáticas muertes que se suceden en ciudades de la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander, Comillas), que, unidos a los resultados forenses de las víctimas, ponen en jaque a la sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que iniciará, también, una carrera contrarreloj para descubrir al asesino. Mientras, la teniente Valentina Redondo (con el apellido hace un guiño la escritora Dolores Redondo, ayudada por su equipo, el sargento Riveiro y la forense Clara Múgica, investigan la historia de dos hermanas, Jana y Clara, en los años cuarenta y al asesino capaz incluso de invocar los fantasmas personales de quienes a él se enfrentan.
Cuando tuve la suerte de presentar la novela en Santander, comenté la posibilidad de crear una ruta literaria por los lugares de la novela.
La narración  intercala un diario de un anónimo narrador que cuenta hechos sucedidos en la comarca años atrás en torno a una humilde  familia durante la guerra civil española. El anónimo autor se remonta al comienzo de la Guerra Civil y seguirá los pasos de Jana, una niña de 8 años que verá como toda su existencia se ve trastocada por aquella guerra y a la que acompañaremos en una trágica y dura historia. ¿Qué relación guardan aquellos años con los actuales crímenes? ¿Quién escribe ese diario? Desde el principio se plantea la duda y hasta casi el final no sabremos quién lo ha escrito.

Me alegra constatar que algunas editoriales apuestan por autores nuevos que escriben sus primeras novelas.

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