domingo, 15 de mayo de 2016

Veo la película “SPOTLIGHT”, último Óscar a la mejor película.
Cinco periodistas del “Boston Globe” investigaron hace 15 años las violaciones y abusos de niños por curas que gozaban de impunidad porque estaban protegidos por sus superiores. A los curas les cambiaban de parroquias, les ocultaban. El periódico también debía tener en cuenta el alto número de lectores y suscriptores católicos. Los periodistas contaron con el apoyo de su director.
Lo que estaba ocurriendo en Boston estaba sucediendo en muchas otras ciudades del mundo católico.
Una película sobre periodismo que cuenta lo que quiere contar: una historia real donde hubo víctimas, culpables, cómplices, silencios, ocultaciones, poderosos intereses.

Buena y muy recomendable película. Cuando terminó, regresé a casa pensando que si en España se hubiera investigado de la misma forma sobre lo ocurrido en conventos, internados, parroquias y seminarios en los últimos 50 o 60 años y se hubieran abierto cauces de denuncia que garantizaran el secreto y la confidencialidad y no hubieran primado los silencios, los miedos y el paso del tiempo, si la jerarquía católica hubiera colaborado, hubiera dado de sí para bastantes reportajes similares a los publicados un día en The Boston Globe.

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