martes, 12 de abril de 2016

Leo “LAS PALABRAS Y LOS MUERTOS” de  AMIR VALLE, un escritor cubano residente en Alemania.
La novela sitúa la acción ante la noticia de la muerte de Fidel Castro. Es en ese momento cuando su guardaespaldas de confianza, Facundo Ramírez, alguien que a los 14 años empezó a prepararse para servirle, un personaje que puede ser real, es obligado a permanecer encerrado en su despacho y ante la perplejidad de esa muerte, dedica el tiempo a recordar los momentos que compartió junto a Castro.
A través de esos recuerdos se nos ofrece un recorrido por muchos de los acontecimientos claves vividos en Cuba durante años, así como las conspiraciones, decisiones comprometidas y personajes claves en muchos de esos momentos.
El guarda espaldas Facundo nos aproxima a la figura y personaje de Fidel Castro, a sus opiniones y relaciones con dirigentes internacionales, con el Che Guevara, con su hermano Raúl y otros miembros de su familia o con algunos de los intelectuales que en algún momento estuvieron cerca del dictador como Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez.
Tras cinco décadas en el poder, la biografía de Fidel Castro está unida a la historia cubana, y en ella hay  logros, pero también oscuros secretos de su mandato, los campamentos de prisioneros, sus amistades peligrosas con Rusia, China, Venezuela, su amparo a miembros de ETA y a otros grupos terroristas, la financiación de determinadas actividades por medio de la droga colombiana, a sus intentos de limpiar las calles de disidentes, homosexuales, religiosos y población negra marginal que potencialmente podían alterar el orden impuesto por Castro.
Esta novela se incluye dentro de una corriente que se ha llamado “novelas del dictador” como El recurso del método, de Alejo Carpentier, El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez, Yo, el Supremo, de Augusto Roa Bastos, o La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa.

Le puedo poner un “pero” a la novela. Si no conoces algo de la historia de la Cuba revolucionaria, se te pueden escapar detalles por la acumulación de fechas, nombres y acontecimientos. 

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