lunes, 29 de febrero de 2016

Javier Valenzuela es periodista y escritor. Trabajó en El País y ha sido corresponsal en diferentes capitales en Beirut, Rabat, París y Washington y ha cubierto como periodista numerosos acontecimientos en los más diverso lugares. Conocí casualmente a Javier Valenzuela en Rabat y “El Partido de Dios” fue el primero de sus libros que leí. Leo ahora “Tangerina”, su nueva y creo que primera novela.
El argumento transcurre en Tánger. Sepúlveda, tras separarse, cambia su instituto de Madrid por una plaza como profesor de lengua y literatura en el Instituto Cervantes en aquella ciudad, mantiene una relación casi clandestina con una de sus alumnas, Leila, una tangerina musulmana que estudió Farmacia en Granada, y se ve envuelto en una peligrosa investigación sobre los manejos de empresarios y políticos españoles en Marruecos. Un día acude a la comisaría porque un amigo suyo de la infancia,  Alberto Marquina, alto ejecutivo de Telefónica, de visita en la ciudad, ha sido detenido acusado de la violación de la camarera del hotel en que se alojaba. Todo parece indicar que se trata de un montaje policial. Sepúlveda terminará descubriendo peligrosas conexiones de los servicios secretos españoles en el Norte de África.
La historia discurre en paralelo a la evocación de los años de ma­trimonio de los padres del protagonista, un periodista atormentado y una mujer muy atractiva y algo misteriosa, que trascurrieron  en aquel Tánger de los años cincuenta, donde confluían la vida bohemia, escritores (Ángel Vázquez, Juan Goytisolo,  Paul y Jane Bowles, Mohamed Chukri, Burroughs, Truman Capote, Patricia Highsmith, Haro Tecglen, Tenessee Williams o Jean Genet), periodistas como el chismoso Sanz de Soto,  artistas (Ahmed Yacoubi,  Francis Bacon), espías, algún que otro personaje maldito, en una ciudad abierta y cosmopolita. Se mezclan dos historias de amor distintas en un thriller donde la verdad  tiene casi tanta importancia como la mentira o el silencio cómplice.

Se nota la experiencia periodística del autor y su cultura para recrear un determinado paisaje histórico, cultural y político. La ciudad es la verdadera protagonista de la novela. “Tánger es Andalucía en el norte de África”, dice el autor. Personalmente no dudaría en situar esta novela en el género negro, novela que he leído con creciente interés a medida que pasaba las páginas.

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