Hoy lunes publicaba este comentario en El Diario Montañés, redactado un poco antes de las 12 de la noche del domingo.

LA HORA DE LA POLITICA

Concluyeron los días de mensajes, las sonrisas, las promesas, la presentación de infografías, el sacar pecho o disimular miedos. Ahora disponemos de la voluntad de los ciudadanos expresada con libertad en las urnas y lo que exigimos los votantes es responsabilidad para no perder el tiempo y comenzar a gobernar. Ahora no basta con populismos rampantes, con frases pretendidamente rotundas y hay que sepultar a todos los corruptos presentes o diferidos, después de pasar por los Tribunales.

Volverá a salir el sol, aunque seguramente no brillará con la misma intensidad para todos.

Durante la campaña las opciones políticas con posibilidades han jugado con alguna carta marcada tratando de evitar patinazos que arriesgaran necesidades de pactos.

Es el momento de agradecer a quienes han (hemos) ido a votar, un voto con el que se apoyan  ideas, proyectos políticos y una manera de gestionar lo público. Todos los votos valen igual y expresan una voluntad, aunque las sumas no siempre son suficientes para obtener representación y capacidad de influencia.

Es ahora, cuando las fuerzas políticas, todas, deben ser algo más que amigos el perro del hortelano y administrar con cordura los votos recibidos en las urnas. Lo hecho hasta ahora en Andalucía por los nuevos partidos políticos, es bastante ridículo.

Es hora de valorar resultados, de sumar posibilidades, de sufrir la amargura de la derrota y de descolgar el teléfono para felicitar o para  convocar una reunión para, de momento hablar y, si procede, comenzar a negociar. Lo que esperamos es gobernabilidad y no turbulencias e inestabilidad.

La función de las elecciones es configurar gobiernos y esto tan obvio ha rechinado a los nuevos actores políticos. Formar gobierno, estar en él o apoyar que se forme no equivale a repartir cargos, sino a gestionar para resolver problemas.

Los resultados tendrán una lectura nacional y veremos cómo pasan la prueba del algodón los responsables de cada organización política, porque los ciudadanos votantes queremos ver cómo se administra la confianza recibida y no ponerse de perfil con tontas y vacuas declaraciones. El compromiso ahora es con la Política.