HUBER MATOS (1918-2014) fue uno de los Comandantes de la Revolución Cubana en Sierra Maestra. Tomó la ciudad de Santiago de Cuba el 1 de enero de 1959 y entró en La Habana al lado de Fidel Castro y Camilo Cienfuegos. La fotografía de esa entrada en La Habana de los tres Comandantes, fue una de las más populares de la Revolución.
A los diez meses del triunfo de la Revolución fue condenado por traición a 20 años de cárcel que cumplió íntegramente. El Che y Raúl Castro fueron partidarios de fusilarle.
Matos formó parte en 1947 del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), el mismo al que pertenecía Fidel Castro. Fue un activista contra la Dictadura de Fulgencio Batista que le llevó a exiliarse en 1956 a Costa Rica. Desde allí preparó una expedición con armas y voluntarios que trasladó en un avión con el apoyo de José Figueres, expresidente de Costa Rica, hasta Sierra Maestra, donde se unió a los “barbudos”. Fue uno de los primeros líderes de la Revolución Cubana. Matos se opuso al giro radical hacia el que se inclinaba Fidel Castro, denunció la penetración comunista en el Ejército Rebelde y en una carta personal a Fidel Castro, el 19 de octubre de 1959 renunció a todos los cargos (era el Jefe del Ejército Rebelde en la provincia de Camaguey).
Castro, sabiendo que ambos eran amigos, envió a Camilo Cienfuegos a detener a Huber Matos y Camilo no regresó a La Habana. Su avioneta se estrelló en lo que fue y sigue siendo un misterioso accidente.
El 11 de diciembre de 1959 se celebró el juicio contra Matos y en él intervino el propio Fidel Castro durante varias horas acusando de traidor a su antiguo Comandante. Con Matos fueron condenados a decenas de años de cárcel otros disidentes colaboradores de Huber Matos.
En la cárcel se negó a aceptar que era un preso común. En 1979 salió de la cárcel y se instaló en Costa Rica y después en Miami desde donde combatió de forma muy activa a Castro y en Miami falleció el 27 de febrero de 2014.
En 2002 se publicaron sus Memorias “Cómo llegó la noche”, que ganó el XIV Premio Comillas de biografías y memorias. Leí el libro en 2003 y me impactó el testimonio de un idealista y de un testigo privilegiado de la Revolución Cubana.
Aquel juicio de 1959 contra Matos le sirvió a Fidel Castro para acabar con lo que comenzaba a ser una incipiente pero significativa oposición interna.