viernes, 16 de mayo de 2014

El 28 de agosto de 1963, más de 300.000 personas participaron en la Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad.
Se cumplían 100 años de la Proclamación de Emancipación, la declaración del Presidente Lincoln que en 1863 anunciaba que todos los esclavos de los Estados Confederados de América serían liberados.
Fue el día del discurso de Martin Luther King: “Hoy tengo un sueño”, frase que repitió nueve veces: “Sueño que mis cuatro pequeños hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad” y terminaba su discurso con las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, somos libres al fin”.

1 comentario:

adela dijo...

Yo también sueño por un mundo mejor.