miércoles, 23 de junio de 2010

Me apetecía hoy recordar a FRANCIS BACON (Dublín, 1909 - Madrid, 1992), el pintor del sufrimiento, del tormento, de la soledad, del sexo más sórdido, del cuerpo humano violentado.
Su homosexualidad, siempre cercana al abismo, marcó su vida vertiginosa y frágil y su obra intensa, alucinada y excitante la visión de un esteta heterodoxo capaz de crear un mundo personal fascinante, mezcla de horror, dolor y poesía.
Solo creía en el poder de las imágenes, escribió uno de sus biógrafos.
Un pintor clave del siglo XX, con una obra vinculada a Goya, Zurbarán Velázquez o Picasso.

3 comentarios:

adela dijo...

Un cuadro inquietante!

Gema dijo...

Escalofriante pero muy bueno.

Escéptico dijo...

Adelaida, Gema: el cuadro sí puede parecer inquitante y hasta escalofriante. Forma parte de la serie que Bacon dedicó al retrato de Inocencio X de Velazquez.