domingo, 27 de junio de 2010

"AHORA SOMOS MUCHOS"
"En la década de los sesenta los gay cubanos iban a la cárcel por una figura jurídica, estrafalaria y humillante, afear el ornato público. Es decir, la presencia misma de un homosexual en un lugar era ofensiva para la moralidad marxista y dogmática de un gobierno de hombres valientes, probados en la guerra.
La otra causa que se usaba normalmente para encarcelar a los gay, era el delito de alteración del orden. Cinco o seis locas, contándose sus aventuras en un parque o simplemente hablando de modas o del clima, era una alteración del orden.
Orlando Díaz era un adolescente en ese tiempo, hoy tiene cuarenta y dos años, y recuerda sus experiencias carcelarias. “Nos reuníamos en el Parque Central y enseguida venía un policía a merodear y asustarnos. En aquella época fui preso dos veces”.

“En las estaciones de policía nos daban un trato violento y se burlaban de nosotros. Trataban de humillarnos. Siempre el único motivo de la detención fue mi condición de gay. Se burlaban, nos maltrataban, pero cuando se quedaban solos tenían otra actitud. Recuerdo que en el combinado varios guardas se enamoraron de mí y me acosaban. Mis romances, paradójicamente, más afectivos han sido precisamente con policías”. Orlando, peluquero de profesión, visitó por última vez la cárcel en 1984, bajo la acusación de “andar con extranjeros”. Cree que ha mermado el hostigamiento por la afluencia de turistas y la presión internacional. “Ahora somos muchos y hemos logrado un clima más propicio, yo pienso que en la ciudad de La Habana el número de homosexuales está por encima de los diez mil y otros tantos que viven encubiertos”.
“Ser gay en Cuba es muy frustrante. Primero tienes la oposición de la familia y luego de la sociedad”.
Orlando considera que entre los turistas que llegan a Cuba, muchos vienen atraídos por el mito de la sexualidad de los habitantes de este país. “Vienen no a ver los logros de la revolución, sino a buscar el gay activo, pues aquí, a diferencia de Europa, existe una especie rara en extinción: “el gay macho”.
El peluquero está esperanzado en que el espacio de los homosexuales se siga abriendo. “Ya se ha autorizado un desfile de travestís, hasta hace poco fui a uno en el cine/teatro Atlas, aquello estaba lleno de bote en bote, Muchos extranjeros… y ese día me sentí realizado”.
“Este es un régimen machista, pero ha tenido que abrir. De momento celebramos nuestras fiestas en clubes nocturnos que ya existen en muchas zonas y municipios de La Habana. Es un clima apropiado compartido con lesbianas y todo tipo de personas”.

“La mayor aspiración de muchos de nosotros es que haya un gobierno cubano que permita que ocupemos cargos importantes en la vida, pues somos tan seres humanos como los heterosexuales”.

Este es un texto del libro “Sin pan y sin palabras” de Raúl Rivero publicado en España en 2003, libro que tengo con una dedicatoria del autor.
Raúl Rivero firmó en 1991 la conocida como Carta de los 10, que era una carta abierta dirigida al gobierno cubano pidiendo reformas y espacios para todos. Rivero fue condenado al ostracismo. En el juicio sumario celebrado el 4 de abril de 2003 fue condenado a 20 años de cárcel. La presión internacional y las gestiones de la diplomacia española consiguieron que le excarcelaran a España instalándose en Madrid donde vive como exiliado.

4 comentarios:

Elvira dijo...

"que haya un gobierno cubano que permita que ocupemos cargos importantes en la vida, pues somos tan seres humanos como los heterosexuales." Una pena que se tenga que desear algo tan evidente. ¿Cómo no van a ser tan seres humanos como cualquier otro?

Escéptico dijo...

Asi son las cosas y así suceden en algunos paises, Elvira.

Rukaegos dijo...

Una aportación excelente en estos días de conmemoración del Orgullo lgtb, Jesús.

Por cierto, estuve desaparecido pero regreso a la blogosfera.

Un abrazo.

Escéptico dijo...

Rukaegos, me alegro que la aportación te agradara.