lunes, 20 de julio de 2009



"Iba con montera blanca
el traje corinto y oro,
las zapatillas naranja
medias de rosa de té
y verde mar la corbata"

Rafael Duyos

TORERO, CULTO Y GITANO

Aquel día había invitado a mi tío Marcelino a comer en "Botín", el restaurante más antiguo del mundo, en la calle Cuchilleros de Madrid. Sabía que le gustaría volver a ese lugar donde había trabajado de camarero haciendo algunos "extras".
La conversación comenzó a girar sobre la novela negra que se escribe en España, tema en el trataba de introducir sin éxito a mi tío, pero rápidamente derivó hacia los temas taurinos.
Le dije que en la novela de Reyes Calderón "Las lágrimas de Hemingway", había leído que en Pamplona, en el hotel La Perla, Rafael Albaicín tocaba el piano antes de cada corrida y que lo hacia de oído, sin partitura, vestido de luces.
- Sí lo sabía. Rafael Albaicín era un torero gitano, muy gitano, un hombre culto que hablaba francés e inglés, con una personalidad seductora y que tocaba el piano y el violín. Le gustaba Mozart, Chopin y Falla. Estando en París ampliando sus estudios de piano, las heridas causadas por una caída sobre cristales acabó con su posible carrera como pianista. Debió de nacer hacia 1919, aunque no se vistió de luces hasta 1941. El mismo diseñaba sus trajes de luces. Tenía un comportamiento muy semejante a Ignacio Sánchez Mejías.
- Era ahijado de Ignacio Zuloaga, que le pintó vestido de torero antes de que lo hiciera en las plazas - le comenté a mi Tío Marcelino, mientras daba buena cuenta del cochinillo asado.
- Albaicín era hijo de Agustina una guapa gitana que posó muchas veces para Julio Romero de Torres y padre de la bailaora María Albaicín, que se casó con Joaquín Bernardó, un matrimonio que terminó en ruptura. Zuloaga quería pintar a un torero gitano "alto, espigado, pelo azabache ensortijado y rostro aceitunado" y vio en Albaicín el modelo que quería.
Le dije que en algún sitio había leído que cuando Zuloaga falleció en Madrid en 1945, entre los que llevaban a hombros su féretro estaban José Mª Cossío, Domingo Ortega y Rafael Albaicín.
- Albaicín en realidad se llamaba Rafael García Escudero. Era un torero elegante, con empaque y a veces pinturero, sobre todo con el capote, aunque como buen gitano tenía el valor justo y llevaba el miedo en el alma. No tuvo una carrera taurina larga. Tomó la alternativa en octubre de 1943 con Joaquín Rodríguez "Cagancho" y Rafael Vega de lo Reyes "Gitanillo de Triana". ¡Vaya terna de toreros gitanos y vaya fiesta que se armó en la plaza! A muchos gitanos se les distinguía por el pañuelo de seda al cuello, como le gustaba a Albaicín: un gesto de gitanos ricos.
Le pregunté a mi tío Marcelino si quería comer alguna cosa más. Nos veíamos menos de lo que yo quería, y cuando ello sucedía trataba de alargar la conversación y que me contara las historias que el había ido almacenando como camarero en Chicote y haciendo extras donde le llamaran.
- Me decías que habías leído que tocaba el piano cuando toreaba en Pamplona. Pues te diré que un día en Algeciras, estando anunciado con Arruza y Pepe Bienvenida, tuvo que suspenderse la corrida por el aguacero que estaba cayendo. Albaicín les entretuvo la tarde con un improvisado concierto de piano. Cuando se retiró de los ruedos trabajó en el cine como intérprete en algunas películas en España y fuera del país. Falleció en 1981.

(Para los aficionados a los toros y para quienes no lo son, esta pequeña historia que se ha publicado en la revista “Toros”, editada con ocasión de la Feria taurina de Santiago en Santander)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no tenía ni idea, pero esas pinceladas que nos has dado sobre Rafael Albaicín, o García Escudero, hacen que a uno le entren ganas de conocer más de él. Es muy gráfica la imagen de verle tan de luces tocando el piano antes de la corrida, o imaginarle con el violín. Desde luego, no parece el típico torero; no encaja mucho con la mayoría de sus colegas de profesión y por lo que cuentas, a su estética gitana, espigada, seductora y azabache, se une esa "touche" de elegancia, cultura y distinción....sin olvidar el aspecto creativo de diseñar sus trajes de luces. Me ha encantado la referencia a que "como buen gitano tenía el valor justo y llevaba el miedo en el alma"...ole, ole y ole!!
Una entrada muy chula, si señor. Saludos,

Alberto

ADELAIDA dijo...

oleeeeeee!!!!!!

Sotogrande dijo...

Desde hoy me hago fan oficial tuyo.
Ja, ja, ja, buenísima entrada, y como siempre, muy bien toreadas, con mucho estilo, las súplicas, las insistencias y las poco astutas insinuaciones a tu falta de valentía, para forzarte a postear algo de tu poesia.
Ja, ja, ja, espíritu de torero es lo que tú tienes! Y en tu interior te repites: Puede ser que me lleve una cornada, pero voy a intentar hacer una buena faena con lo que me ha tocado lidiar.

Bravo!
Bravo!
Bravo!

Estoy tan contento que voy a hacerme militante del PSOE!!

Sotogrande dijo...

Desde hoy me hago fan oficial tuyo.
Ja, ja, ja, buenísima entrada, y como siempre, muy bien toreadas, con mucho estilo, las súplicas, las insistencias y las poco astutas insinuaciones a tu falta de valentía, para forzarte a postear algo de tu poesia.
Ja, ja, ja, espíritu de torero es lo que tú tienes! Y en tu interior te repites: Puede ser que me lleve una cornada, pero voy a intentar hacer una buena faena con lo que me ha tocado lidiar.

Bravo!
Bravo!
Bravo!

Estoy tan contento que voy a hacerme militante del PSOE!!

Sotogrande dijo...

Bueno..., quizás he exagerado un poco con lo de afiliarme al PSOE...

ADELAIDA dijo...

¿ se te ha ido un poco la olla , Sotogrande?

me gustas,gran desconocido !!!!


ESCEPTICO: TOREROOOOO!!!!!!!!

te sigo reclamando una pequeña poesía, porfaaa!!!!

besines a todos

Sotogrande dijo...

Desde luego que sí, no me hago militante del PSOE ni harto de vino. Va contra mi ADN.