sábado, 18 de abril de 2009



Compro la edición facsimil de “Pasión de la tierra” de Vicente Aleixandre con poemas escritos en 1928 y 1929, publicada inicialmente en 1946 por Adonais, que añadía siete poemas nuevos a la edición anterior que se había hecho en México en 1935.
Leo con calma este libro de poemas en prosa, complejo y denso, que adelanta al Aleixandre de libros posteriores.

De “SER DE ESPERANZA Y LLUVIA”
“La primavera insiste en despedidas, arrastrando sus cadenas de cuerdas, su lino sordo, su desnudez de ocaso, el lienzo flameado como una sábana de lluvia. Alentar sobre un seno, alargar la mano a tres mil kilómetros de distancia, hasta tocar la frente de cristal en la que están impresos los azules marinos, los peces sorprendidos; sentir en el oído la mirada de las cimas de la tierra que llegan en volandas, prescindiendo de sus gimientes roces aterciopelados, no basta para alcanzar el sueño mientras se aspira el aroma de pincho que el tallo de la flor está ocultando en embriaguez. Dejadme entonces soñar con el silencio estéril”.

Con ocasión de que este año 2009 se cumple el 25 aniversario del fallecimiento de VICENTE ALEIXANDRE (1898 – 1984), la Fundación Gerardo Diego ha editado (en Devenir Ensayo) una obra de breves ensayos y comentarios sobre la vida y obra de Aleixandre.
Me invitaron a participar en la publicación y mi aportación “Aleixandre y Cernuda: de la amistad a la distancia” es un resumen de un trabajo algo más extenso en el que he tratado de conocer y analizar la evolución de las relaciones entre los dos poetas: desde la intensa amistad a un distanciamiento, producto del exilio, el aislamiento forzado y el alejamiento de sus referencias vitales que, en otras circunstancias, hubieran seguido compartiendo.

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