lunes, 21 de julio de 2008



Al fin he visto "Deseo, peligro", del director taiwanés afincado en Holywood Ang Lee, el mismo que dirigió "Brokeback Mountain" aquella intensa historia de amor homosexual en la América profunda y country.
“Ang Lee sitúa la acción de su película "Deseo, peligro" en la China de la Segunda Guerra Mundial. Su protagonista es un siniestro comisario que colabora con los japoneses. Un grupo de patriotas quiere matarle y se sirve de una hermosa muchacha. Pero enseguida ambos se verán arrebatados por una pasión tan intensa como fatal. La oscura violencia de los encuentros sexuales, y la forma casi alucinada en que la muchacha y el torturador se buscarán para repetirlos, hace recordar la frase de George Bataille que relaciona el erotismo con la muerte". (Gustavo Marín Garzo).
La película ofrece imágenes hermosas pero perturbadoras de los encuentros de dos cuerpos en los momentos de una apasionada entrega sexual.
Relato duro, mezcla de pasión, deseo, emoción y humillación. Película donde los detalles se cuidan al máximo para que el resultado estético resulte deslumbrante.
De esta película escribió Carlos Boyero: “Una densa y perturbadora historia sobre el riesgo mortal de frecuentar los volcanes, de que los espasmos de la carne y de la pasión se impongan a las obligaciones que dicta el cerebro. Ambientada en la China de 1938, ocupada por el ejército japonés, describe inicialmente la dolorosa pérdida de la inocencia de un grupo de estudiantes patriotas dispuestos a cargarse a un poderoso colaboracionista y que descubren el irreparable desgarro emocional que implica matar a un ser humano, el vértigo que acompaña al paso de la revolucionaria teoría a la siempre trágica ejecución”. “A partir de ese momento, la historia toma cuerpo y crece. La crónica de esa relación sin futuro, basada al principio en el engaño y de consecuencias imprevisibles, entre esa mujer que debe seducir a su enemigo para tenderle la trampa letal y el villano que se detesta a sí mismo y al que el sexo violento le sirve de catarsis, alcanza una intensidad, una fascinación y una veracidad que asustan y conmueven”.
Para comentar esta película he escogido estos textos de Martín Garzo y Carlos Boyero, porque coincido como ellos como resumen y prefiero escribir esos comentarios que los que yo pudiera hacer.

1 comentario:

Raúl dijo...

Maravillosa película. La vi en una sala cuando la estrenaron, y salí absolutamente perturbado por la historia y la belleza de las imágenes.

¿Quién no ha sufrido (?) en alguna ocasión esa violenta pasión de la carne?

Cuando eso ocurre, no hay nada más. Nada más.