miércoles, 7 de mayo de 2008



LA IZQUIERDA EN EL CONTINENTE SUR DE AMÉRICA LATINA

El triunfo electoral el pasado 20 de abril de Fernando Lago en Paraguay, el país descrito por Augusto Roa Bastos en "Yo el Supremo", ha terminado con 61 años de hegemonía del conservador Partido Colorado, que incluye los 35 años de la dictadura de Alfredo Stroessner entre 1954 y 1989.
Fernando Lago, con su coalición de nueve partidos "Alianza Patriótica para el Cambio", ha obtenido el 41% de los votos, frente al 31% que obtuvo Blanca Ovelar del Partido Colorado y el 22% obtenido por Lino Oviedo.
Paraguay, con 6 millones de habitantes, un país mestizo donde el 90% habla el guaraní además del castellano, independiente desde 1811, fronterizo con Brasil y Argentina, es un gran productor de energía eléctrica a partir de la presa de Itapú que gestiona con Brasil y de la presa de Yacyretá que gestiona con Argentina.
Los desafíos del nuevo gobierno son enormes. El Partido Colorado ha creado una red clientelar en todas las estructuras del Estado que será difícil de remover. La pobreza, la corrupción y las mafias del contrabando, son otros de los problemas presentes a los que se suma la reforma agraria que corrija la situación de un país donde el 80% de las tierras están en manos del 2,5% de los propietarios.
Con ese resultado electoral, Paraguay se une a la corriente de gobiernos de izquierdas en el continente sur de América Latina, aunque no sean siempre izquierdas homogéneas.
Quedan atrás afortunadamente, los tiempos de respuesta con golpes militares derivados en dictaduras, con el silencio o la complicidad directa de Estados Unidos o las épocas donde las únicas recetas imaginables eran las ultraliberales que procedían del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial. También el Fondo y el Banco Mundial han cambiado en su modelo de responder a las crisis económicas de estos países. La democracia parece haberse asentado en el continente sur de América Latina, aunque no se hayan disipado riesgos y dificultades y una mayor ortodoxia en el manejo de la economía, también ha dado sus frutos en el crecimiento del P.I.B.
En Uruguay es Presidente Tabaré Vázquez, desde que en marzo de 2005 ganó las elecciones el progresista "Frente Amplio - Nueva Mayoría". En Brasil continua Lula desde 2003 con el apoyo del Partido de los trabajadores. En Chile, desde 2006 es Presidenta Michelle Bachelet al ganar las elecciones la coalición "Concertación de Partidos para la democracia” en la que está integrado el Partido Socialista de Bachelet. En Argentina, en 2007 ganó las elecciones Cristina Fernández, con una coalición que integraba formaciones de centro y disidencia de partidos de izquierda junto el Partido Justicialista. En Perú, Alan García ganó las elecciones en 2006 al frente de la Alianza Popular Revolucionaria América (APRA), un partido de centro izquierda de los más antiguos del Continente. En Bolivia, en 2006 obtuvo mayoría absoluta Evo Morales con el Movimiento al Socialismo (MAS). En Ecuador en 2007 ganó las elecciones Rafael Correa con el Movimiento Patria Altiva I Soberana (PAIS) con apoyos de partidos de centro y de izquierdas. En Venezuela se mantiene desde 1998 Hugo Chávez con el Movimiento V República.
Colombia es la excepción, donde el liberal Álvaro Uribe que ganó las elecciones con "Primero Colombia", se inclina más a la derecha que al centro en sus políticas pragmáticas.La de estos países no es una izquierda homogénea y en los discursos de sus gobiernos se mezclan las proclamas nacionalistas con respuestas de nacionalización de empresas vinculadas fundamentalmente a la energía, los tonos radicales y populistas con acciones de gobiernos reformistas, pragmáticos, socialdemócratas y liberales.
Los gobiernos de Brasil, Chile, Perú y Uruguay representan a la izquierda reformista moderada, mientras que los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela representan la izquierda populista y nacionalista que, sobre la base de la defensa de la independencia nacional, defienden el control de sus reservas energéticas. Bolivia tiene pendiente la formulación de un Estado plural y multicultural.
El gobierno de Argentina es más difícil de definir hoy. Aun es pronto para emitir un juicio, pero se nota en sus últimas decisiones una deriva hacia el populismo con la utilización de métodos autoritarios.





7 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

La culpa que Sudamérica esté como está también es de los norteamericanos?

Lo más impresionante en Argentina, por poner un ejemplo que conozco ligeramente, es que las personas son víctimas o verdugos de una forma mucho más exagerada que aquí.
Siempre estoy en guárdia ante un sudamericano, pues tienen una mente desatada, sin restricciones, que puede hacer mucho bien y mucho mal.
En general me parecen muy totalitarios. Parafraseando al poeta diría que: "hay muchas cosas que no me gustan de Sudamérica"...
:)

Anónimo dijo...

Sotogrande: la situación actual de América Latina, sin ser perfecta, es infinitamente mejor que cuando Estados Unidos se dedicaba a colocar su bota militar en esos paises.

Anónimo dijo...

El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Yo también creo que la situación es mejor que en tiempos de la Triple A.

pero...los males de Sudamérica vienen de la guerra fría? Cuando sus habitantes eran solo piezas de un puzzle geoestratégico en manos de la URSS y los EEUU o vienen de antes? El saqueo colonial durante siglos puede haber afectado?

y ahora, con el "demócrata" Chávez forrado y pagando favores y adesiones crees que ha mejorado la situación? Sigue habiendo secuestros y asesinatos. Por ejenmplo: So en tu opinión las FARC un ejército legalmente constituido con el que se deba negociar?

Disclupa mi tono, debe ser porque admito un mayor conocimiento de causa, por tu parte, sobre la situación política en América Latina, pero me cuesta encontrar un solo culpable. Y mucho más me cuesta satanizar a los EEUU como un ayatollah cualquiera.

Daniel Pérez Rodríguez dijo...

Hola Jesús. Celebro la llegada de Fernando Lugo al poder en Paraguay, aunque sólo sea por el mero hecho de un cambio político en el país, después de tantos años de partido hegemónico. En cuanto a la ola de izquierdas en América Latina, creo que sí se puede deber, en parte al menos, al antiamericanismo, como reflejo de esas ansias de los países los países latinoamericanos de un protagonismo en la escena mundial sin un hermano mayor que custodie todos sus pasos. Está visto que atacar a Occidente da votos, y si no véase Chavez y el ¿Por qué no te callas? No fue más que una exaltación de los valores nacionales dos días antes del referéndum constitucional. A la excepción de Uribe, yo añadiría la de Perú, ya que la verdadera izquierda de Ollanta Humala cayó derrotada.
Y da la casualidad de que en Europa el giro político es justo el contrario, causado en parte por los bolivianos, ecuatorianos, además de africanos y asiáticos que están llegando. Sirviéndose también de la exaltación y la conservación de las tradiciones,y la mano dura frente a la inmigración, la derecha ha ganado las últimas 15 elecciones celebradas en Europa, a excepción hecha de España y Chipre.
Esperemos que estas dos corrientes se vayan disipando poco a poco antes de que lleguen a un choque serio. Y a ello, cómo no, puede contribuir, y mucho, el próximo inquilino en la Casa Blanca.

Anónimo dijo...

Para los latinoamericanos constituye un escándalo insoportable que un puñado de anglosajones, llegados al hemisferio mucho después que los españoles y en un clima tan crudo que poco faltó para que ninguno de ellos sobreviviese a los primeros inviernos, hayan llegado a ser la primera potencia del mundo. Sería necesario un impensable autoanálisis colectivo para que los latinoamericanos pudiesen mirar de frente las causas de ese contraste. Por eso, aun sabiendo que es falso, todos los dirigentes políticos, todos los intelectuales latinoamericanos están obligados a decir que todos nuestros males encuentran explicación en el imperialismo norteamericano.


Carlos Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario, Monte Ávila, Caracas, 1976

Anónimo dijo...

Nadie sensato puede culpar de lo que sucede a un pais o a un continente a una sola causa, pero la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina ha sido casi siempre errónea. No comparto la política de Chavez, pero debo admitir que es un Presidente electo en las urnas y que aceptó la derrota en un referendum que él mismo había convocado para ganar. Las Farc hoy más que nunca son un grupo terrorista vinculado al narcotráfico. Pero el Continente Sur de América Latina es, afortunadamente, mucho más que Chavez y las Farc y no conviene reducir las cosas.