Notas de cuando lei “LA HIJA DE LA ESPAÑOLA” novela de KARINA SAINZ BORGO, autora nacida en Caracas en 1982 pero vive en España donde trabaja como periodista desde 2006. Ella no vino por razones políticas, sino sentimentales.
Adelaida
Falcón es una maestra que fallece en Caracas tras una larga enfermedad, en la
Venezuela de Chaves y Maduro. Su única hija Adelaida, de treinta y ocho años,
correctora freelance de una editorial
extranjera, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde
la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Sobrevive
en una Caracas degradada. Después del entierro, encuentra su casa tomada por un
grupo de mujeres afines al chavismo dedicadas al estraperlo a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su
vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman «la hija de
la española», ha muerto. En la mesa del salón hay una carta donde se le
comunica la concesión del pasaporte español: un salvoconducto para huir del
infierno.
Surge la posibilidad
de suplantar la personalidad de una española y huir por fin del “maldito país”
que ha truncado los destinos de quienes sólo querían vivir una vida normal.
¿Cómo no pensar en usurpar su identidad y acariciar la posibilidad de servirse
de su historia para dejar ese infierno?
La
Venezuela que existía antes de 1999, con todos sus defectos y algunas virtudes,
fue destruida por los llamados en la novela “Hijos de la Revolución”.
En
Caracas el ambiente es dominado por las “batallas” entre los jóvenes que
protestan contra el gobierno y la represión que padecen por parte de la policía
con apoyo de los “colectivos” (bandas paramilitares, “la máquina de matar y
robar, la ingeniería del pillaje”).
Como buena periodista
todo lo que cuenta lo ha investigado. En la
novela sintetiza la autora los odios, las tragedias, el deterioro de la calidad
de vida, el desánimo, el desarraigo, la desesperación, que se han adueñado de
Venezuela en las dos últimas décadas.
Una
buena novela.
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