martes, 13 de julio de 2021

Yasmina Khadra es el pseudónimo del escritor argelino Mohammed Moulessehoul. Es el autor de títulos como “Morituri”, “Lo que sueñan los lobos”,” El escritor”, “Las golondrinas de Kabul”, “El atentado” o “Lo que el día debe a la noche”. 

Notas después de leer “Dios no vive en La Habana” de Yasmina Khadra.

Los nuevos aires en La Habana no parecen afectar a Juan del Monte Jonava. A sus sesenta años, sigue cantando sones, rumbas y boleros en el café Buena Vista como lleva haciendo desde hace décadas: levantando la pasión del público con su voz, especialmente de las turistas extranjeras. Se le conoce como Don Fuego. Pero los tiempos están cambiando y la privatización del Buena Vista le deja en la calle sin empleo. Don Fuego piensa que, dada su reputación, alguien le contratará, pero las oportunidades no llegan como el esperaba. Nadie le llama, salvo para algún bolo de telonero El encuentro con Mayensi, una joven misteriosa e inestable que huye de la Policía, recién llegada a La Habana en busca de empleo, dará un vuelco a su existencia. Recupera la pasión y las ganas de vivir. Pero la extraña actitud de Mayensi puede hacer que la felicidad recuperada sea solo un paréntesis. Con la música cubana de fondo y el sonido de las olas, Yasmina Khadra nos adentra en el país de los contrastes y los sueños sin cumplir.

Cuba es la protagonista de la historia. El autor argelino narra la vida cotidiana de miseria y supervivencia de la mayoría de los cubanos y el contraste con las fiestas que se organizan para los dirigentes, la actuación de los chivatos de la Policía y el funcionamiento de la burocracia del régimen.

Una novela que se lee de un tirón, con el sabor de ese ambiente cubano que resuena al compás de su música.

 

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