Notas de cuando leí la novela “LA CHICA A LA QUE NO SUPISTE AMAR” de MARTA ROBLES.
El detective Tony Roures es una invención de la
periodista y escritora Marta Robles que protagoniza “La chica a la que no
supiste amar”.
Esta es la tercera entrega con el mismo detective.
Marta Robles se adentra en el sórdido mundo de la trata de mujeres con fines de explotación sexual y
la prostitución. La autora nos habla y describe la desgracia de mujeres
obligadas a prostituirse, de proxenetas y de puteros, los clientes de esas
mujeres. Es una buena novela negra, con tramas desagradables donde todo va
encajando según se suceden las páginas. Nos
muestra una cara oculta de nuestra sociedad: la trata de mujeres inmigrantes
para convertirlas en esclavas sexuales. La autora nos adentra en ese oscuro
mundo de la prostitución.
La presencia de la música ejerce como un personaje más
y le otorga originalidad al texto. Tony
Roures vuelve a manifestarse cínico, duro y vulnerable al mismo tiempo, cuyo
pasado le visita permanentemente para permitirle ir resolviendo un presente
sentimental complicado.
El
detective Tony Roures recibe la visita de un viejo amigo, Alberto Llorens, un
fotógrafo al que creía felizmente casado con una rica empresaria de Castellón.
Según le cuenta, tiene problemas conyugales y se ha convertido en un asiduo de
un club de alterne famoso. Que allí conoció a Blessing, una joven nigeriana,
atada a una organización de trata por la deuda del viaje y un ritual de vudú y
que tras ser chapuceramente operada de un cáncer de mama, se ha convertido en
«mercancía estropeada» y es asesinada. Llorens le dice que ha recibido amenazas
ychantajes y busca a Roures para que inicie
una peligrosa investigación que revelará una trama criminal de trata de
mujeres de inusitada crueldad.
"No
se puede tener peor suerte que la de nacer mujer en Nigeria, acabar de puta en
España y pillarse un cáncer de mama. ¿La mataron por ser mercancía
defectuosa?" es una frase de
Carlota a Roures. Carlota es otro personaje importante en la novela.
Una vez
captadas, las muchachas se enfrentan a la “ruta del infierno”. El camino
por el continente africano con destino a Europa. En viejos autobuses se apiñan
junto a hombres más jóvenes que han pagado una fortuna por el viaje en busca de
una vida mejor y que probablemente acaben ahogados en el mar. Les acompaña una
especie de guía que les indica lo que deben hacer a cada paso: dormir,
caminar, esconderse... mientras pasan frío, calor, hambre, sed. Algunas se
quedan por el camino hasta que mueren, las abandonen o las asesinen.
Si
finalmente tienen suerte, llegan a Melilla seguramente acabarán en un CETI
(Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes) antes de ser trasladas a la
península con una nueva identidad.
Gran
parte de la novela se desarrolla entre Benicàssim y Castellón, donde
existe una cara B en este paraíso costero español y son los puticlubs de
carretera donde trabajan Blessing y Charity y que Alberto Llorens ha visitado.
Roures se enfrentará a dos criminales sin escrúpulos “El Mula” un proxeneta
brutal y “Mazinger”, su hombre de confianza.
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