viernes, 5 de junio de 2020


“Mujer sentada”, oleo sobre lienzo de 1928 de MARIA BLANCHARD (1881 – 1932).
La obra pertenece al Museo Bellas Artes de Bilbao. De su catálogo de obras comentadas he copiado este texto.
“Mujer sentada” presenta a una muchacha que mira de frente, sentada junto a una mesa y con una tela enrollada en las manos. Sobre la mesa aparece lo que podría ser un costurero. Dentro de la obra figurativa de Blanchard, éste es un cuadro equilibrado, resuelto con un cromatismo sobrio, en el que se conservan reminiscencias cubistas: se evita el efecto de profundidad del espacio, la figura se manifiesta de una manera rotunda y excluyente, y hay una evidente geometría y una simplificación angulosa en muchas de las formas, como en el vestido, las manos y las telas, que, por su naturaleza, remiten a la descripción cubista clásica de figuras y objetos. Iconográficamente recoge el interés de la pintora por describir la actividad de la mujer.
Atormentada por sus deformaciones físicas y su mala salud, María Blanchard supo hacer frente a las dificultadas de ser una mujer pintora en la sociedad española de su tiempo, para lo que recibió el apoyo de su culta familia. Durante su primera estancia en París, a partir de 1909, fue introducida por Van Dongen en el círculo de los cubistas. Pero fue entre 1916 y 1919 cuando formó parte del movimiento. Amiga de los pintores Diego Rivera, Juan Gris, Jean Metzinger y Jacques Lipchitz, es en la órbita de estos artistas en la que debe situarse su obra cubista, que dejó en 1920, aunque sin abandonar nunca los ecos de ese estilo.
María Blanchard es una de las escasas pintoras españolas de proyección internacional.

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