Sylvette David tenía 19 años y Picasso 73
y vivía con François Gillot. Hasta 60 retratos hizo Picasso de Sylvette durante
las semanas que posó para él. No quiso cobrar como modelo y no posó desnuda.
domingo, 25 de febrero de 2018
sábado, 17 de febrero de 2018
Jorge
Edwards
“La última hermana” de Jorge Edwards
“La última hermana” de Jorge Edwards
El escritor chileno
Jorge Edwards supo de María Edwards Mac-Clure, una pariente lejana con una vida
notable en 1962, cuando era diplomático en París. Cuatro décadas más tarde,
cuando él mismo llegó en 2010 como embajador a la capital francesa en el gobierno
de Sebastián Piñera, aquella historia se transformó en un libro: “La
última hermana”.
El personaje
principal nació en Santiago en 1893 y llegó casada a Londres poco después de la
Primera Guerra Mundial donde su hermano Agustín había sido embajador y donde,
con su marido chileno, cultivó amistades, inclusive en los círculos literarios.
Cuando quedó viuda, en vez de regresar a su país, como deseaba su familia,
prefirió quedarse sola y soltera en la turbulenta Europa de los años anteriores
al gran conflicto mundial.
Jorge Edwards nunca
llegó a conocer a la protagonista de su libro, “una mujer chilena de alta
sociedad, más bien frívola”, “pero investigué su vida todo lo que se podía
investigar”. Supo, por ejemplo, que su matrimonio no terminó bien: el esposo se
suicidó después de enamorarse de una actriz norteamericana. María regresó a
Chile, dejó a su niña con la familia y volvió a París, “donde se involucró de
lleno con los escritores, artistas y pintores franceses de la época”. Cuando
estalló la Segunda Guerra Mundial y París fue ocupada por los nazis, María le
confesó a una amiga judía: “No quiero estar jugando al bridge mientras la gente
se mata”. Actuó con un heroísmo sin énfasis, nacido no tanto del valor como
del vitalismo.
Madame Edwards, como
la conocían, se hizo entonces asistente social del Hospital Rothschild que
estaba intervenido por la Gestapo. Su vida cambió y durante 1942 se dedicó a
rescatar a recién nacidos judíos, cuyas madres eran trasladadas a Auschwitz
tras dar a luz. Edwards llegó a conocer a dos de esos niños rescatados, ya
mayores. Uno era sastre y, el otro, primer violín de una importante orquesta
parisina.
Como buena dama
chilena, durante el tiempo que vivió en Europa, estuvo acompañada de Brunilda,
su cocinera de Antofagasta, quién fue su confidente, fuente de información, y
consejera. Cuando, finalmente, María regresa a Chile para morir, Brunilda se
queda para siempre en París para después casarse con un chofer de la embajada
mexicana.
María Edwards es parte del memorial Yad Vashem, de Israel, como una de los Justos entre
las Naciones por su participación en salvar la vida de niños judíos en Francia.
A finales de 1942, “la
Gestapo descubrió lo que hacía y la torturó ferozmente”. La noticia llegó a
oídos del almirante Wilhelm Canaris, jefe del espionaje militar del Ejército
alemán, que en su juventud había estado en Chile. En julio de 1944,
por su participación en la Operación Valkiria, Canaris fue enviado a la horca
por Hitler. Canaris es uno de los hombres importantes en la
novela.
Por las páginas de “La última hermana” circulan
personajes conocidos: Colette, Ernst Jünger, Buñuel y Vicente Huidobro.
En 1960, ya en
Chile, María recibió una llamada del Embajador de Francia quien le comunica
que, por encargo de su gobierno, debía hacerle entrega de una distinción
honorífica. Recibió la Legión de Honor por ser, en palabras del Embajador, “una
heroína discreta, abnegada y elegante de la Resistencia”. A la ceremonia
asistió el Embajador de Israel.
lunes, 12 de febrero de 2018
jueves, 8 de febrero de 2018
noviembre
Jorge Galán en su obra “Noviembre” reconstruye los asesinatos cometidos en la Universidad Centro
Americana (UCA) de El Salvador el 16 de noviembre de 1989. Aquel día fueron
asesinados los jesuitas españoles Ignacio
Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Amando
López, el sacerdote salvadoreño Joaquín López y López y las colaboradoras Julia
Elba Ramos y su hija Celina Mariceth Ramos. El expresidente Cristiani terminó desvelando los nombres de los autores
intelectuales de aquella masacre.
Con las mismas armas había sido
asesinado en 1977 el Padre jesuita Rutilio Grande y en 1980 el arzobispo Romero mientras celebraba misa en la capilla del hospital de la
Divina Providencia de San Salvador.
Jorge Galán reconstruye una historia que conmocionó a su país y a medio mundo:
el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras. El gobierno culpó
inmediatamente a la guerrilla del FMLN (Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional), aunque luego se supo que habían sido los militares. Se
hizo un juicio a dos de los autores materiales quienes, al final, fueron
amnistiados. Veinticinco años después, el presidente de entonces, Alfredo
Cristiani revela en esta novela, por primera vez, los nombres de los autores
intelectuales de la masacre.
“Noviembre” se
estructura a partir de diferentes voces reales que proceden de diferentes
ángulos y que van dando forma a lo que sucedió aquel 16 de noviembre de 1989.
Todos vivían o estaban cerca de la UCA “José Simeón Cañas” de El Salvador, cuando un pelotón del batallón Atlacatl rompió
la noche y disparó contra aquellas personas. La historia se cuenta a través de
aquellos que la vivieron y sufrieron.
El sacerdote
José María Tojeira, entonces Provincial de los Jesuitas para Centroamérica, al
enterarse la mañana del 17 de noviembre de que el crimen había sido cometido
por las fuerzas de élite del ejército salvadoreño, gracias al testimonio de
Lucía Barreda Cerna, le informó al Arzobispo de El Salvador, Arturo Rivera y
Damas, y a la prensa internacional.
14 militares que participaron en aquella
matanza no han sido encarcelados, siguen libres, y alguno de ellos ha seguido
en la vida política.
Galán habló con decenas de personas durante mucho tiempo para armar el
rompecabezas, hasta que apareció una pieza clave: el expresidente Cristiani.
Ni desde el Gobierno de El Salvador, ni desde el Vaticano se ha hecho lo
suficiente para esclarecer definitivamente hechos como este, decisivos en la
última historia de aquel país centroamericano.
El autor cuenta una historia humana, auténtica, como lo fueron las vidas de
las personas asesinadas. El autor solo quería contar una historia que era
terrible a la vez que conmovedora.
Jorge Galán es conocido como poeta. En España ha publicado en Visor y
Pre-textos. Ha obtenido premios literarios, como el Nacional de Poesía de El
Salvador y en España el Adonais y el Casa de América de Poesía Iberoamericana.
En mayo de 2011 el Magistrado Juez, Eloy Velasco Núñez, concluyó en el
Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional de Madrid, el
Auto de Procesamiento de 14 militares involucrados en el crimen. La Audiencia
de Madrid pidió la extradición de los asesinos, pero el gobierno de El Salvador
la negó.
Es muy interesante leer
ese Auto de Procesamiento, como lo es el Informe de la Comisión de la Verdad
para El Salvador, “De la locura a la esperanza”. “La guerra de 12 años (1980 –
1991) en El Salvador”, informe de Naciones Unidas de 1992 – 1993 elaborado por
Belisario Betancur, Reinaldo Figueredo y Thomas Buergenthal.
domingo, 4 de febrero de 2018
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