domingo, 29 de mayo de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
El viernes día 20 voy al teatro. Veo “Páncreas” de
Patxo Tellería, una obra divertida, bien dirigida por Juan Carlos Rubio e
interpretada por tres actores con mucho oficio y experiencia: Fernando Cayo,
Alfonso Lara y José Pedro Carrión.
El sábado día 21 me siento ante la TV para ver, sufrir
y finalmente disfrutar cómo el Barça ganaba la Copa del Rey ante el Sevilla.
El lunes día 23 doy una conferencia en la UNATE en
Santander, sobre “Teresa de Ávila, la aventura de una vida”.
domingo, 22 de mayo de 2016
“La costumbre de morir” de Raúl Guerra Garrido.
La acción se sitúa en una lujosa urbanización, «El
Manantial», en un lugar de veraneo de la costa mediterránea. El protagonista de
la novela, un joven ingeniero, acompañado de una prostituta contratada, quiere
llevar a cabo la venganza contra el terrorista que dieciocho años antes asesinó
a su padre, un guardia civil, en el ficticio pueblo vasco de Eibain, y que fue
la causa de la locura de su madre, que siempre se creyó perseguida.
El autor plantea algo que no ha sucedido: la reacción violenta de las
víctimas de los etarras, tomándose la justicia por su mano para vengarse de sus
verdugos.
Durante años lleva
preparando esa sofisticada venganza para acabar con el asesino de su padre. El
plan se desarrolla minuciosa y fríamente, como si se tratara del argumento de
una novela policíaca: introducirse en el lujoso ambiente donde alterna el
etarra, acercarse a él, ganarse su confianza…
jueves, 19 de mayo de 2016
domingo, 15 de mayo de 2016
Veo la
película “SPOTLIGHT”, último Óscar a la mejor película.
Cinco
periodistas del “Boston Globe”
investigaron hace 15 años las violaciones y abusos de niños por curas que
gozaban de impunidad porque estaban protegidos por sus superiores. A los curas
les cambiaban de parroquias, les ocultaban. El periódico también debía tener en
cuenta el alto número de lectores y suscriptores católicos. Los periodistas
contaron con el apoyo de su director.
Lo que
estaba ocurriendo en Boston estaba sucediendo en muchas otras ciudades del
mundo católico.
Una
película sobre periodismo que cuenta lo que quiere contar: una historia real
donde hubo víctimas, culpables, cómplices, silencios, ocultaciones, poderosos
intereses.
Buena y
muy recomendable película. Cuando terminó, regresé a casa pensando que si en
España se hubiera investigado de la misma forma sobre lo ocurrido en conventos,
internados, parroquias y seminarios en los últimos 50 o 60 años y se hubieran
abierto cauces de denuncia que garantizaran el secreto y la confidencialidad y
no hubieran primado los silencios, los miedos y el paso del tiempo, si la
jerarquía católica hubiera colaborado, hubiera dado de sí para bastantes
reportajes similares a los publicados un día en The Boston Globe.
martes, 10 de mayo de 2016
jueves, 5 de mayo de 2016
domingo, 1 de mayo de 2016
VOLVER
A VOTAR NO ES EL FIN DEL MUNDO
(Publicado en "El Diario Montañés" (Santander) el 30.04.16)
Pablo Iglesias
renunció a su aspiración de ser Vicepresidente omnímodo del Gobierno de España,
con la misma solemnidad y petulancia con la que se había autoproclamado para
ese puesto que nadie le había ofrecido.
Para llegar a
formar un nuevo Gobierno y evitar nuevas elecciones, ni Rajoy ni Iglesias han
tenido iniciativa alguna salvo para decir no. No han sido capaces de quebrar el
acuerdo firmado por PSOE y Ciudadanos y no han ofrecido otra opción salvo la petición
de adhesión o sumisión a sus escasos planteamientos. Iglesias y Rajoy, con sus
tendencias al caudillismo, creen que ellos y solo ellos actualizan el denostado
bipartidismo.
Quien más votos
obtuvo el pasado 20 de diciembre, es quien menos ha trabajado para resolver la
situación creada por los resultados electorales que obligaban a negociar y
pactar. Rajoy se ha limitado a contemplar el paso del tiempo y esperar la
pleitesía de los demás o llegar a unas nuevas elecciones, convencido de que ni
la corrupción ni sus políticas de malestar social, le harán retroceder en
número de votos. Ha ejercido uno de sus principios: “a veces, la mejor decisión
es no tomar decisiones”.
Ha sabido Rajoy
repetir su mensaje de “gran coalición”, aunque nada haya hecho por conseguirla,
y ha limitado su escaso discurso a culpar a Pedro Sánchez de los males actuales
y de los que estén por llegar. Y Rajoy, en activa campaña preelectoral, ha
sentido el halago de los conservadores que le hacen la ola allá por donde
transita.
Constatado que no
era posible un gobierno reformista a tres, Rajoy volvió a camuflarse entre el
paisaje de los suyos, y evitar así dar un paso y asumir alguna de sus
responsabilidades. Fue Rajoy quien nos dijo que si Sánchez fracasaba en su
intento, él haría un último esfuerzo. Se nota que los esfuerzos cansan una
barbaridad. ¿Amnistiarán los ciudadanos en las urnas a Rajoy?
Iglesias, por su
parte, nunca quiso negociar y ha utilizado a sus bases para que en un
plebiscito doméstico y domesticado, con preguntas de respuesta inducida, le
reafirmaran en evitar cualquier posibilidad de acuerdo con otras fuerzas
políticas. Su objetivo era y son las elecciones y con su derecho a decidir, con
sus convicciones de salvadores del pueblo y con sus mareas, confluencias y
sumas de unos y otros, tratar de derrotar al PSOE, que es de lo que se trata.
Para el Sr. Iglesias, negociar es contemplar como los demás aceptan tus
condiciones.
¡Cuántas veces
hemos visto cómo estos activistas de pasillo y asamblea, prietas las filas y
sin mayor bagaje que las proclamas, han definido su objetivo político en uno
solo: derribar a la socialdemocracia por revisionista y vendida al Ibex! Eso
que llaman “sorpasso” y otros denominaban la teoría de las dos orillas. Todo ello condujo a Izquierda Unida a la irrelevancia
parlamentaria. Anguita lo recordará.
De la misma
forma que hemos visto y oído a determinados supuestos orientadores de la
opinión pública, repetir hasta la náusea que el único objetivo de Pedro Sánchez
era ser Presidente del Gobierno y que para ello, que nadie tuviera dudas,
pactaría con el separatismo. Seguramente es grave pactar con el separatismo,
pero no es menos peligroso aliarse con los amigos de la uniformidad impuesta.
La
intransigencia y el sectarismo de unos, el pasotismo y el reproche de otros,
las dudas y los miedos de los de más allá, han impedido la formación de un
nuevo gobierno. En estos meses, desde el 20 de diciembre, todos tienen
responsabilidad en la falta de resultados del diálogo, pero no todos lo han
intentado de la misma forma. Mientras algunos trabajaban para el acuerdo, otros
de dedicaban a colocar obstáculos insalvables.
Habrá elecciones.
Votar de nuevo no será el fin del mundo. Y cada ciudadano votará al Partido que
crea más conveniente, y conocidos los nuevos resultados se abrirá un periodo de
consultas para alcanzar la investidura y formar gobierno y espero que entonces,
arrinconados los esencialismos, los vetos y las líneas rojas, los grandes Partidos,
especialmente el PSOE y el PP, traten de entenderse, no para articular
imposibles grandes coaliciones sino para permitir formar gobierno.
¿Qué efectos
tendrá la abstención si se produce una cierta desmovilización del electorado? El
electorado del Partido Popular se manifiesta bastante estable pese a todo lo
que sucede. El electorado socialista parece que hoy el menos movilizado y el
menos activo. Aparentemente el electorado más motivado puede ser el de Podemos,
aunque habrá que descartar a los fatigados por la errática trayectoria de su
líder y sus modos de gestionar una organización. El electorado de ciudadanos
parece que no sufre alteraciones, si acaso puede beneficiarse de algunos
descontentos ajenos.
En ese
entendimiento deberán estar todos los partidos, insisto en que para ello
deberán abandonar líneas rojas y vetos, porque ese entendimiento era necesario
hoy y será necesario mañana, entre otras cosas para reunir mayorías en las
Cámaras que deben aprobar los proyectos de ley y para reunir los 176 votos que
son exigibles en el Congreso para aprobar leyes orgánicas.
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