HISTORIA DE UNA ORQUESTA
En tiempos en los que en esta tierra nuestra lo infinito trata de ocultar la verdad de lo inmediato y en los que hablar de una orquesta en Cantabria pertenece a la curiosidad y frustración de algunos, aficionados o espectadores, profesionales o aspirantes a serlo, me he acercado, más como curiosidad que como referencia, a conocer algunos detalles de la historia reciente de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, que ha cumplido 25 años en el pasado año 2007.
En tiempos en los que en esta tierra nuestra lo infinito trata de ocultar la verdad de lo inmediato y en los que hablar de una orquesta en Cantabria pertenece a la curiosidad y frustración de algunos, aficionados o espectadores, profesionales o aspirantes a serlo, me he acercado, más como curiosidad que como referencia, a conocer algunos detalles de la historia reciente de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, que ha cumplido 25 años en el pasado año 2007.
Una publicación reciente de la Fundación Kutxa me ha permitido conocer la historia de esta orquesta que nace como un proyecto para impulsar nuevas infraestructuras e instituciones de la cultura vasca desde la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco mediante un Decreto de 15 de febrero de 1982, por el que se creaba la Sociedad Pública “Orquesta de Euskadi, S.A.”, con un Consejo de Administración integrado inicialmente por un Presidente, un vicepresidente, tres vocales y un secretario.
Antes, se había investigado y estudiado el proceso de formación y funcionamiento de algunas orquestas europeas, vinculadas a estructuras administrativas y a dimensiones geográficas similares. Conociendo cómo se habían hecho las cosas y como funcionaban en otros lugares se ahorraban energías y se evitaban errores de bulto.
Una de las preocupaciones fue dotar de profesionalidad a la Orquesta desde un primer momento, en un régimen jurídico algo diferente al funcionarial, y para articular esa estructura jurídica se aprobó un “Estatuto del Personal Artístico” desde la Consejería de Trabajo del propio Gobierno Vasco.
Para impulsar el proyecto inicial se incorporaron a él dos personas con cometidos específicos. Una que asumía los aspectos musicales y otra que se responsabilizaba de los temas administrativos y de gestión.
Para el primer ejercicio presupuestario de 1982, la Orquesta Sinfónica de Euskadi contó con una dotación de 220 millones de pesetas, de los que se gastaron 180 fundamentalmente en comprar instrumentos y partituras.
Los músicos fueron llegando a la orquesta a través de varias convocatorias públicas. Cuatro convocatorias fueron necesarias para cubrir los puestos previstos. La selección inicial se hizo mediante un tribunal convocado al efecto, en el que figuraban músicos de diferentes procedencias.
El primer ensayo de la orquesta tuvo lugar el 5 de abril de 1982. Se contrató al que fuera primer concertino de la Orquesta de la Ópera de París para conjuntar la cuerda, porque la formación y procedencia de los músicos eran dispares.
El primer concierto tuvo lugar el 24 de junio de 1982 en la Iglesia Nuestra Señora del Juncal de Irán. Se escogió un lugar menos convencional de los habituales para ese primer concierto, antes de presentarse en otros escenarios.
La función didáctica, la difusión de la cultura musical, la recuperación de compositores vascos, los encargos de obras nuevas a diferentes autores, los intercambios con otras formaciones orquestales para los ciclos de abono programados en las tres capitales vascas y Pamplona, los conciertos de grupos de cámara formados por miembros de la Orquesta, son algunas de las características de la Sinfónica de Euskadi.
Desde octubre de 1989 la orquesta cuenta con una sede propia e independiente en San Sebastián, abandonando la precariedad de las sedes donde había estado hasta entonces.
El listado de los directores titulares y asociados que ha tenido, los directores y artistas invitados, los discos grabados, las giras y conciertos dentro y fuera de España, el amplio repertorio interpretado, los más de 7.000 abonados con los que cuenta en la actualidad, las participaciones en distintos Festivales, los coros que han colaborado con ella, los solistas con los que ha trabajado, dan una visión de la evolución y el recorrido de una orquesta con solo 25 años de vida.
Hoy, el Director General es el máximo ejecutivo de la Orquesta Sinfónica, quien prepara las temporadas con el apoyo de una Comisión Artística integrada por once personas y rinde gestión al Consejo de Administración que es quien le nombra.
Además del Director General, la orquesta, formada hoy por noventa profesionales, dispone de un equipo técnico y administrativo formado por trece personas.
Además del apoyo del Departamento de Cultura del Gobierno vasco, el desarrollo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi es posible gracias al apoyo de doce entidades y empresas patrocinadoras y de ocho entidades y empresas que tienen hoy la consideración de colaboradoras.
Como decía al comienzo, no pretendo con este comentario hacer una referencia a lo que es posible cuando existe voluntad decidida para ello. Me atraía la curiosidad de conocer cómo se gesta un proyecto ambicioso y se impulsa con decisión. Los resultados se pueden contrastar.
(comentario enviado a El Diario Montañés)
2 comentarios:
Tiene razon todo fue perfecto exacto, pero falto pasion complicidad, ¡y lo tenian facil el publico estabamos entregado! pero saliamos por lo menos yo con esa sensacion
Amigo Juan:
Imagino que te refieres a mi comentario sobre el Oratorio de Aurelia, aunque el tuyo aparezca vinculado al comentario sobre la Orquesta de Euskadi.
Seguramente faltó una mayor complicidad con el público.
Un abrazo
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