sábado, 12 de enero de 2008


"EL ORATORIO DE AURELIA"
Ayer estuve en el Teatro de Festivales viendo "El oratorio de Aurelia", obra creada y dirigida por Victoria Thierrée Chaplin.
No se si la temperatura fría o la falta de referencias de la obra, pero en la Sala Argenta había bastantes huecos.
No es una obra de teatro, sino un espectáculo poco habitual y sin argumento definido, un espectáculo de imaginación y fantasía, mezcla de poesía sin palabras, utilizando adecuadamente la música, el absurdo, las acrobacias, la danza, el mimo, la caja negra, los títeres. Muy buena la interpretación de Aurélia Thierrée y Julio Monge.
Se agradece ver un espectáculo de estas características de vez en cuando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SUEÑOS

En un lugar indeterminado, a una hora imprecisa una niña y un hombre hablan. Sobre todo habla la niña. Llegada a un punto sin espacio, la conversación sigue así:
-… ¿Y tú qué sabes hacer, bonita?
- Muchas cosas, y todas muy lindas. Y muy raras. Me pasan y las hago a la vez.
- ¿Qué cosas son esas tan lindas y tan raras?
- ¿Se las digo todas?
- Bueno, todas, todas…las que más me puedan impresionar.
- Vale, esté atento, a ver qué le parecen: que un helado eche humo y queme la lengua. Y que una camisa sea un pantalón y un pantalón, una camisa. Y que unos telones formen galernas, y que se abracen y que engendren teloncitos. Y vestirme y calzarme dentro de una cómoda. Y mover una mano sin campanilla y que suene. Y mover una mano con campanilla y que no suene. Y que una cometa desde tierra me vuele a mí en el aire. Y que una persona camine tumbada y su sombra erguida. Y que los guiñoles sean espectadores de mis gracias, y las aplaudan…Y cosas así.
- Ya me dirás cómo haces y te pasan todas esas cosas, monina.
- Podría decirle que con mucho cuidado, que también. Pero no, sobre todo las hago y me pasan soñando.
- ¿Y no sueñas nada más?
- Sí también sueño con un señor, y me pasan cosas con él. Es un señor que no sabe bailar, pero que baila, convencido de que nadie le ve. Y ese señor sale más de una vez en mis sueños, cuando se lo pongo y me lo pongo.
- ¡NIÑA…!
- Bueno, también él se lo pone y me lo pone.
- ¡Niña…niña…niña…!, tus sueños empiezan a estar subiditos de tono.
- Qué alegría, consigo hacerle soñar conmigo. Es verdad que el forro rojo del abrigo es de un tono muy subido. Es un abrigo reversible, ¿sabe?, y, haciendo como que bailamos frenéticamente, el se lo pone y yo me lo pongo y, teniéndolo yo puesto, él se lo pone, y así. También metemos una pierna de cada uno en las perneras de un mismo pantalón, y hacemos posturas como si fuéramos uno. Si nos despertáramos, el abrigo lo tendría puesto él, y los pantalones, yo, seguro.
- O sea, que tus sueños son en colores.
- En colores y con músicas, aunque a veces no suenan a músicas de sueños. Pero es que también vivo pesadillas. Sueño con bestias gigantes, pero no me entero de que son buenas. Y también con enanitos, que creía buenos, pero que son malos. Lo que tienen mis sueños son muchas luces, que les dan color. Y alegría. Y tristeza. Y misterio.
- Para ti no tendrán tanto misterio, pues formas parte de ellos.
- Misterio quizá no tanto, pero sorpresa sí. Tenga en cuenta que me vienen uno detrás de otro, sin esperarlos y sin orden ni concierto. Soñar es como columpiarse en lo alto, crees que nunca vas a poder bajar, que tu vida es un constante balanceo en el aire. Y, claro, como tanto desbarajuste me pilla dormida, pues más de una vez me despierto sobresaltada, como si me hubiera caído del alto columpio, y sin saber en dónde estoy. Algunas veces creo que estoy en un teatro y que mucha gente me mira. Y no sé, hasta que alguno de ellos tose, si son de verdad o también forman parte de mis sueños…
- Aún no me has dicho cómo te llamas.
- Aurélia. A lo mejor yo misma no soy sino un sueño de mi abuelo, que duerme un sueño que dicen sin sueños.
- ¿Quién fue tu abuelo?
- Fue, no, es, mi abuelo es Charlot…
Una señora sustituyó los puntos suspensivos.
- ¿Quién es usted?
- Me llamo Victoria y soy la madre de Aurélia. Y ahora, hala, tú a soñar despierta en tu “oratorio”. Y usted a aplaudir soñando.

Anónimo dijo...

Querido anónimo:
Me gustaría saber cómo agradecerte tus "SUEÑOS".
¿Eres el "guionista" del Oratorio?
Un fuerte abrazo