lunes, 27 de enero de 2025


Notas después de leer “ASALTO AL BANCO CENTRAL” de MAR PADILLA.

A las 9:10 del sábado 23 de mayo de 1981, cuando solo habían pasado tres meses del intento de golpe de Estado, un grupo de hombres armados con pistolas y metralletas asaltaba el Banco Central de Barcelona. Exigían la liberación de Tejero y otros implicados en el 23F bajo amenaza de dinamitar el banco con casi 300 personas dentro. Comenzaba el secuestro con más rehenes de la historia de España y uno de los misterios de la Transición.
¿Quién estaba detrás del golpe y cuál era su objetivo? ¿Fue una conspiración desestabilizadora de la extrema derecha o un intento de robo a mano armada con bastante imaginación?

La periodista Mar Padilla, autora de este libro, ha hablado con el líder de la banda de atracadores, José Juan Martínez, con fiscales, jueces, periodistas, rehenes y espías de los servicios secretos, y de ese conjunto de testimonios, no siempre coincidentes, surge este relato: “Asalto al Banco Central”.

José Juan Martínez Gómez es el protagonista del relato. Desde joven tiene claro que no quiere un trabajo normal. El libro retrata un momento de vulnerabilidad de la democracia española. Los atracadores utilizaron a los condenados por el 23F y de forma más particular la figura de Antonio Tejero, pero lo único que buscaban era el dinero del banco. 

Los asaltantes llamaron al “Diario de Barcelona” para avisar de que habían dejado una nota en una cabina telefónica con sus peticiones. Entre ellas, "la libertad de cuatro militares héroes del 23 de febrero", incluido "nuestro valiente teniente coronel Tejero". En el comunicado amenazan con que, si en 72 horas no disponen de dos aviones para que puedan huir los golpistas encarcelados y ellos mismos a Argentina, comenzarán a ejecutar a los rehenes.

La autora nos acerca a varios momentos surrealistas que se sucedieron en aquellas horas que duró el asalto: el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, vincula el asalto con la extrema derecha; un rehén escucha: "Esto no es un atraco. Es un movimiento político. No venimos a por dinero"; el vicepresidente, Rodolfo Martín Villa, propone disolver la Guardia Civil; el móvil militar fue alimentado por la propia Guardia Civil pese a que algunas voces autorizadas comenzaron a descartarlo con el paso de las horas.

Los asaltantes fueron unos pícaros de la transición, porque supieron leer la vulnerabilidad del Estado y colarse por esa grieta de desconfianza entre algunos miembros de las fuerzas de seguridad y del Gobierno. Está muy claro que eran ladrones y que iban a robar dinero.

Un relato bien escrito que se lee con interés.

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