Notas después de leer la novela “MALA HOJA” de ALFONSO MATEO-SAGASTA
En febrero de 1874
dos empresarios españoles viudos, uno tabaquero, don Pascual, que siente
debilidad por la fabricación de habanos y otro azucarero, don Julio, coronel
honorario en el voluntariado antiindependentista, coinciden en un restaurante
de La Habana y comparten sobremesa después de cenar por separado. Se nos muestran los tiempos de declive de
Cuba, a través de una charla de estos dos empresarios de la época.
En el tiempo que
tardan en fumarse un cigarro, se confiesan los motivos por los que abandonaron
España, sus comienzos en la isla, el secreto de sus fortunas... A ambos les une
la reciente muerte de sus mujeres y les separa su concepto del mundo.
Bajo una apasionada historia de amor contada en la soledad de la noche caribeña, va
apareciendo el declive del imperio
español, un sórdido relato sobre la esclavitud española en Cuba, las brutales
condiciones de vida de los negros en la última colonia española. Poco a poco, mientras fluye la
conversación, va abriéndose paso un sorprendente, pero justo, final.
Cuba
era la joya de la corona de entre las pocas
colonias que en aquel período aun le quedaban a España, debido a su importancia
económica por las plantaciones de azúcar, café y tabaco, lo que atrajo los
intereses de una determinada burguesía industrial y financiera
española y los movimientos
migratorios de una parte de la población española en busca de
trabajo.
España fue una nación
de esclavistas, de traficantes de seres humanos, a los que se llamaba “piezas”
en la contabilidad comercial. España estuvo involucrada en el famoso comercio
triangular que iba desde las fortalezas de traficantes asentadas en la Costa
Oeste de África central hacia las plantaciones americanas y desde allí, de
vuelta a Europa, se traían los productos coloniales que habían sido elaborados
con esa fuerza de trabajo esclava adquirida en África. Gran Bretaña decide
acabar en 1841 con este comercio de esclavos, en Cuba acabará oficialmente en
1886
“Mala Hoja” nos
describe también los debates que se dan en la sociedad española de esa época
sobre la cuestión de la esclavitud.
Una muy buena
novela de poco más de 170 páginas, en una edición muy cuidada que merece la
pena leer por los temas y la calidad literaria.
En el lenguaje
popular cubano “mala hoja” se dice de la mujer o el hombre que no son buenos
para hacer el amor.