“SABOTAJE” es la tercera de las novelas de ARTURO PÉREZ
REVERTE cuyo protagonista es Lorenzo Falcó, agente, espía y
mercenario a sueldo del llamado bando nacional. Tiene la misión de secuestrar
en Biarritz al empresario vasco Tasio Sologastúa, colaborador de la República
en plena Guerra Civil Española. Tras hacerlo con éxito, regresa a España y el
Almirante (conocido también como «el Jabalí» y jefe del SNIO,
Servicio Nacional de Informaciones y Operaciones), le encomienda una doble misión de riesgo en París.
Como ya
sabemos por los libros anteriores de la serie, Falcó es miembro de rica familia
jerezana. Su segundo apellido es González-Osborne y se muestra, calavera,
adicto al peligro y a las mujeres y que llega a los 37 años con un bagaje de
viajes, peligros, muertes, actividades como contrabandista, conquistas sexuales
y misiones varias en ambientes de lujo y en el fango.
Estamos
en mayo de 1937, en plena Guerra Civil en España. En esta ocasión, tendrá que
conseguir que el famoso escritor, intelectual y aviador francés Leo
Bayard (inspirado en André Malraux) a quien acompaña la fotógrafa Eddie
Mayo fotógrafa de Life (alter
ego de Lee Miller), sea visto como un agente fascista que
ha traicionado a la izquierda, a la República y a los comunistas rusos. Su
misión se completará con el objetivo de impedir que el pintor Pablo
Picasso termine El Guernica y que no llegue a la
Exposición Internacional de Artes y
Técnicas de París, donde la República
pretende conseguir apoyo internacional, una obra, por cierto, bien pagada por
el Gobierno de la República.
La acción
se sitúa en un París de frivolidad, de modelos, cantantes, actrices y
escritores, cabarets y cafés. Por allí veremos al desagradable Gatewood (Ernest
Hemingway), a Marlene Dietrich o Nelly
Mildenheim, una judía a la que se puede identificar con Peggy Guggenheim, la
coleccionista y mecenas norteamericana de arte. Falcó se moverá entre todos estos personajes y ambientes
fingiendo que es Ignacio Gazán, un coleccionista de arte
español que vive en La Habana y llega a París de la mano de Hupsi Küssen, colaborador
del Abwher, la organización de inteligencia militar
alemana, para comprar obras de arte de Picasso.
Ya se
adivina en Europa la nueva guerra que asolará el continente, pero la música
sigue sonando, y el arte, los negocios y la vida frívola, ocupan todavía a
intelectuales, refugiados y activistas.
Alejado
de la España que se mata a sí misma, Falcó se desenvuelve con su doble
identidad como un hombre sin escrúpulos, pero no deja de ser un peón en una
partida de ajedrez en la que quien manda es el Almirante.
Una
novela de intriga, de espías, con buen pulso narrativo
y con Lorenzo Falcó, un asesino a sueldo, como
atractivo personaje protagonista.
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