Notas después de leer “EL REFUGIO DE LOS CANALLAS” de JUAN BAS
Mediante un ágil ritmo narrativo, la
novela salta adelante y atrás, entre 1946 y 2015, para dar vida y muerte a una
pluralidad de personajes contrapuestos y tocados por la tragedia vivida en el
País Vasco.
Aparece el odio que unos padres infunden
en sus hijos, el sinsentido y la estupidez cruel que fue la larga lacra de ETA,
así como de la existencia de un GAL terrible con una bajeza moral comparable a
la de la banda.
Desde que ETA anunció en 2011 el alto el
fuego definitivo se han incrementado las narraciones acerca del terrorismo
vasco y afrontan desde
diferentes ópticas la dramática realidad vasca vivida en las últimas décadas.
Juan Bas se ha incorporado a esta
corriente con “El refugio de los canallas”. La novela está
concebida como un retrato panorámico de la sociedad vasca que se remonta de
forma incidental a los decenios antes de la fundación de ETA, desde 1946, y
llega a 2015. La parte importante de la narración se sitúa al periodo de los
años 80. El relato abunda en la
agresividad privada, familiar y doméstica y refleja un medio colectivo
de primitivismo y pulsiones rurales, aunque el escenario principal de la acción
se localice en Bilbao.
El grado
superlativo de esa violencia se encarna en el terrorismo etarra, en el
fanatismo que conduce al asesinato a sangre fría: el “gudari” que
asesina al hombre que le salvó la vida de niño, la chica que se pone al
servicio de quienes mataron a su padre, cómo los vecinos obligaron a una
política del PP a que abandonase el edificio en el que vivía, la madre de la
asesina que cuida de la madre del asesinado para mitigar la culpa, el
salvajismo etarra que tiene su correspondencia en los GAL.
Con continuos
saltos temporales la narración va mostrando un bucle de víctimas y verdugos y
entre
los personajes se dan circunstancias de parentesco, vecindad o relaciones
íntimas. Familiares directos de asesinos y asesinados, comparten la historia de
amargura y demencia. Importa en la narración el papel que jugó la sociedad
vasca. Lo que hicieron el hermano, el primo, el vecino, el compañero de oficina,
de pandilla o de trabajo, como el monstruo de ETA se alimentaba de la estupidez,
de la crueldad inhumana y el racismo.
Una novela singular y valiente. Bas nos
muestra, con buena literatura, la totalidad de la locura, el monstruo con sus
siete cabezas.
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