Notas de cuando leí “LA FUENTE DE LOS SIETE VALLES” novela de FÉLIX G. MADROÑO
Descubrí a este autor cuando leí “La ciudad de los ojos grises”
una buena novela.
“La fuente de los
siete valles” es por donde fluyen los siete afluentes
riojanos del Ebro.
Pablo Santos sacerdote becado en su niñez por un aristócrata y
educado en el Seminario Conciliar de la ciudad, regresa a su Logroño
natal en 1878, tras casi dos décadas al servicio del Archivo Secreto del
Vaticano, con la misión de recuperar los libros desaparecidos del monasterio de
San Millán de la Cogolla. Tras las incursiones napoleónicas, los estragos de
las guerras civiles de esos años
y tras los procesos de desamortización, el convento está absolutamente
devastado y la biblioteca vacía por completo. Su labor es la de recuperar todos
los libros posibles. Logra encontrar bastantes de los libros robados gracias a
la ayuda de Agustín, un hombre del lugar que se encargaba de la guardia y
custodia del monasterio, y descubrirá que uno de los ejemplares perdidos de la
vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquímico. Se encontrará con un misterioso
grimorio de texto encriptado. Su búsqueda le llevará a enfrentarse no
solo a su pasado, encarnado en Lucía Garay –su amor de juventud–, sino también
a un inquietante futuro. Pablo Santos al volver a su Logroño natal, se
encuentra de casualidad con Lucía, de la que estuvo enamorado y que ahora está
casada con un médico.
Pablo se hizo sacerdote por falta de
recursos económicos, como tantos otros. Sin embargo, poco a poco va
descubriendo que se asfixia “con las marras desgastadas de su fe”.
El autor vuelve a recrear con acierto la
vida cotidiana de las ciudades decimonónicas, confirmando que es un
escritor brillante a la hora de construir tramas emocionales enmarcadas en
cuidadas ambientaciones históricas.
Bien
documentada, en la novela aparecen el Marqués de Riscal, el Marqués de
Murrieta, el general Espartero, Menéndez Pelayo…se cita a Cánovas, Sagasta,
Jovellanos, María de la O Lejarraga…y también lugares como Chicote, Pasapoga y
escritores como Cela, Delibes, Carmen Laforet.
La novela, muy bien escrita y
recomendable, es, también un homenaje a los libros, al mundo del vino y al
monasterio de San Millán de la Cogolla. El autor no olvida a Bilbao, su
ciudad de referencia.
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