Notas después de leer “EL PORQUÉ DEL COLOR ROJO” novela de FRANCISCO BESCÓS
Comienza
la vendimia en La Rioja Baja. Los tractores invaden las carreteras y las
cuadrillas de temporeros, llegadas de todas partes, se afanan en la recolección
de la uva.
Todo
comienza cuando en el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra se recibe una llamada
avisando de la aparición del cadáver de un temporero joven en un viñedo de una
famosa familia bodeguera.
Todo
hace pensar que se trata de un temporero ilegal procedente de Europa del Este,
forzado a trabajar por una mafia. La teniente Lucía Utrera, alias la Grande,
comienza investigando el caso como un asunto de poco calado con la única ayuda
de un equipo de guardias inexpertos y un sacerdote con problemas para controlar
su ira. Lucía Utrera, Lucía ‘La Grande’ es una guardia civil
cordobesa que lo pasa fatal con las dietas y a la que envían a Calahorra a
poner orden.
Pronto
se entremezclará el mundo de las mafias del tráfico de personas, las relaciones
de las familias que dominan el negocio del vino en este país, ETA, presiones de
un juez amigo del bodeguero dueño del viñedo en el que ha aparecido el cadáver
y hasta una célula yihadista dispuesta a reclutar desencanto para convertirlo
en odio.
La
conexión de un antiguo militante terrorista con el yihadismo se convierte para
la teniente Utrera en un fantasma que la lleva los años más duros de su carrera
profesional y a un episodio que la atormenta y que quisiera olvidar, pero que
abre heridas que ella creía cerradas.
Al
margen de la investigación, conoceremos detalles personales de cada uno de los
personajes: el pasado de Lucía en el norte, en el País Vasco, lo fascinado que
Ramírez está con su novia Elsa y lo poco que puede concentrarse en estudiar y
que es un complemento perfecto para Lucía, los escarceos con la droga de los
más jóvenes, los gustos frikis de la cabo Artero, las anécdotas del padre
Borobia, un cura oscuro, ácrata, exboxeador y que a la mínima se irrita y
blasfema y Bernard el marido de la teniente que lo abandona todo, país,
familia, trabajo, para cuidar de la teniente Utrera y del hijo que tienen en
común o el juez de la zona apodado “El truchas” o el forense conocido como “El
rosarios”.
Novela
bien estructurada, dura, de fácil y amena lectura, con un final un poco
sorprendente.
Como en toda buena
novela negra, la historia contiene crítica social.
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