martes, 9 de febrero de 2021


Comentarios de cuando leí “Los treinta apellidos”, novela de Benjamín Prado.

Es la cuarta novela de Benjamín Prado protagonizada por Juan Urbano. (He leído “Operación Gladio”).  Es una novela donde se mezclan con acierto los géneros: novela de aventuras, histórica, policial. Una novela de acción, de intriga, de muertes, de amor. Juan Urbano, pasa de ser un testigo protegido al que la mafia rusa podría haber eliminado por su testimonio, a volver a convertirse en el ciudadano anónimo, profesor de Literatura y escritor de biografías. Cuando toma esa decisión, conoce en una noche de celebración a un hombre de buena familia y amanece en su casa, un palacete en la zona noble barcelonesa. Lluís Espriu y Quiroga, un diletante que le propone averiguar en Cuba el destino de los descendientes que su tatarabuelo, Joan Maristany dejó en La Habana, donde tuvo una hija que nadie nunca quiso reconocer. Lluís Espriu es el verso suelto de una poderosa y ambiciosa familia catalana enriquecida por turbios procedimientos y negocios, que se remontan al tráfico de esclavos en la Cuba colonial.

Acompañado de Mónica Grandes, emprende un viaje de descubrimientos y sorpresas en el que conoceremos la historia de negreros, esclavistas y piratas del mar y los orígenes truculentos de las grandes fortunas de este país, con familias gallegas y catalanas protagonistas y unidas por la codicia.

Una novela llena también de guiños a los escritores clásicos del mar y los piratas como Stevenson, Verne, Salgari y Joseph Conrad.

Esas fortunas nacen con la inversión en astilleros catalanes y gallegos y luego la primera línea férrea en España en 1848, un negocio muy lucrativo que supieron mantener después en connivencia con el franquismo y los nacionalismos según sus propios intereses y que han evolucionado actualmente hacia otro tipo de colonialismo con sus corporaciones agroquímicas y de transgénicos, auténticos emporios maquillados en los países del tercer mundo.

Es curioso el título y como ha explicado el mismo Prado, obedece a que algunos al Ibex-35 lo llaman Ibex-30, porque son cinco los que salen y entran, pero los otros treinta son fijos y se refieren a las treinta familias que mandan en España desde hace doscientos años.

Una novela de intriga bien escrita y documentada sobre la dignidad, sobre el poder, sobre ajuste de cuentas, sobre la violencia, sobre la memoria.

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