Notas
de cuando lei “El sueño del caimán” de Antonio Soler, novela publicada en
2006.
Un tipo
anciano, no sabremos su nombre en todo el libro, atiende la recepción de un
hotel en Toronto (Canadá). Es español y una vida difícil le ha llevado allí. Fue
traicionado en el terreno político y en el sentimental. Pasó nueve años en una cárcel en los años del
franquismo, por participar en la planificación de un asalto a un polvorín
dentro de un grupo de la resistencia de izquierdas, una aventura que no pasó de
la planificación. En el hotel aparece un día Luis Bielsa. El tipo le conoce
porque formaba parte de aquel grupo, pero en el momento de la verdad desapareció
bien porque se asustó o porque era un infiltrado. Pero fue ese Luis Bielsa
quien los traicionó y provocó la caída del grupo de activistas políticos
que acabaron muertos o encarcelados en la España de 1957. Bielsa no reconoce
al recepcionista y se instala en el hotel. Ha viajado a Canadá para
asistir a la inauguración de un monumento a los brigadistas canadienses. El
recepcionista siente ganas de venganza. Reaparecen los recuerdos de los otros
miembros de la banda, los años de la estancia en la cárcel, los de las
circunstancias de su detención, el recuerdo de Vera, la mujer a la que amó, el recuerdo de su madre, viuda y casada en segundas nupcias con
un hombre de perfil borroso y distante. El autor dedica su texto a
generar ese suspense, a recordar el compromiso con la lucha de clases, en dilucidar
si la revancha se materializa.
Novela
entretenida, reflexiva, muy bien escrita, con un lenguaje muy directo y cuidado
y con personajes definidos.
Es una
historia de soledad, una reflexión sobre la vida, el desarraigo, los fracasos,
las traiciones, los sueños no cumplidos, las convicciones perdidas y el papel
de la memoria.
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