Notas de cuando
leí la novela “Un hombre cae”, de Jordi
Basté y Marc Artigau
En una noche de primavera, el detective
privado Albert Martínez mientras está cenando en la Barceloneta con un amigo,
ve cómo dos hombres se acercan al espigón de la Mar Bella, dando la sensación
que están discutiendo. Al cabo de un rato, solo regresa uno.
Albert Martínez se convierte en el único testigo que
ha visto a esos dos hombres discutir en aquel lugar. Unos días más tarde, la
exmujer del fallecido contrata sus servicios para averiguar lo que ha ocurrido.
Albert Martínez investigará y descubrirá
los secretos oscuros de una influyente familia de la ciudad.
Junto al detective Albert Martínez, nos
adentramos en una Barcelona gastronómica, nocturna y oculta donde se desarrolla
la acción. La ciudad es casi otra protagonista de la novela: calles,
restaurantes y locales de moda. (Homenaje a Manuel Vázquez Montalbán y a
Eduardo Mendoza).
Con esta novela descubro a un nuevo
investigador en ese ámbito literario del género policíaco, un detective poco
convencional: joven, moderno, atractivo y homosexual.
Novela un tanto pretenciosa, aunque no
lo sea de forma intencionada.
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